Extracto de los manuales de Educación para la Ciudadanía 22.0, correspondientes al cibercurso escolar 2111-2112. «Hace exactamente un siglo se registró un cambio radical en la historia de España -hoy Semiberia Occidental-. El 25 de febrero de 2012 ha sido fijado por los académicos como el inicio de la edad contemporánea, a raíz de un interrogatorio en uno de los antiguos juzgados donde se ejercían las labores hoy encomendadas a los superordenadores JUSTIPENXJK y JUSTICIVWDX. Los hechos ocurrieron en la isla de Mallorca, el Mediterráneo todavía era habitable un siglo atrás. «El declarante se llamaba Iñaki Urdangarín, cuando se empleaban letras para identificar a las personas. Había nacido en Guipúzcoa, englobada hoy en Franceuskadi. Medía 1,96 metros, estatura todavía posible antes de que las lluvias radiactivas de los años treinta tallaran a los humanos por debajo del metro cincuenta. Urdangarín había accedido a la Familia Real entonces reinante por la vía del matrimonio, figura de emparejamiento exclusivo vigente hasta que en 2052 se dicta la ley de Regulación de los Sentimientos Opcionales, Simultáneos y Variables. «Urdangarín se aprovechó de su posición para retirar a sus conciudadanos un botín cuántico de siete millones de euros, unidad de cuenta económica previa a la adopción universal del patrón sangre. El interrogatorio puede seguirse hoy por la grabación del CNI, realizada a espaldas del juez y mediante instrumentos externos al cerebro. El comportamiento de Urdangarín incendió las algaradas callejeras de los años 2013 y 2014, además de propiciar el auge del movimiento neoprimitivista chotis party. Aquel 25 de febrero de 2012 no sólo desconcertó a una monarquía incapaz de analizar sus repercusiones. La ceremonia en los antiguos juzgados, reconstruidos hoy en el Museo de la Historia de la capital lisboeta, arrasó también con cualquier posibilidad de liderazgo unipersonal. Por eso, el Gobierno actual se ejerce coordinando los impulsos mentales emitidos por los ciudadanos tecnoconscientes».