Buenos Aires

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, reivindicó ayer la figura del juez Baltasar Garzón, cuya inhabilitación para ejercer consideró una «afrenta» a la «justicia universal que muchos dicen defender cuando se trata de países que ellos consideran de segunda».

Durante la inauguración del nuevo período legislativo, al que acudió Garzón, Fernández reconoció al juez, «en nombre de millones de argentinos, su rol en la defensa de los derechos humanos», que es uno de los «puntales», dijo, de la política del Gobierno argentino.

«En los países desarrollados se puede procesar a los tiranuelos de los países emergentes, de las republiquetas, como nos consideran», dijo Fernández.

El abogado del juez presentó un escrito en el Tribunal Supremo en el que pide a la sala que absolvió al juez de prevaricación por declararse competente para investigar los crímenes del franquismo que aclare por qué celebró el juicio y no anuló la causa.