Miguel Zorío, un publicista creador del proyecto para celebrar unos Juegos Deportivos Europeos en Valencia, negó ayer ante el juez haber cruzado facturas falsas con el grupo de empresas liderado por Iñaki Urdangarín. Zorío explicó que el duque continuó vinculado a Nóos hasta 2008, pese a que el Rey Juan Carlos, le aconsejó apartarse de esos negocios en 2006. A la vez, se ha sabido que la Policía de Madrid interrogó el pasado fin de semana al presunto testaferro que utilizó el duque para no aparecer en una operación a través de una cuenta en Suiza.

El propietario de Lobby & Comunicación, Miguel Zorío, fue interrogado como imputado sobre su papel en los Juegos Europeos, que iban a ser sufragados por la Generalitat valenciana y organizados por el Instituto Nóos; la supuesta emisión de facturas falsas para que el grupo liderado por Urdangarín pagara menos impuestos, y un extraño trabajo encargado por Aguas de Valencia a su compañía y que subcontrató a Aizoon, la consultoría del duque.

La Generalitat firmó en 2005 un convenio con Nóos para que éste organizara los Juegos Europeos. A su vez, Nóos contrató a Lobby para redactar informes preparatorios y ocuparse de la campaña de prensa. La fiscalía sospecha que Urdangarín, Torres y Zorío acordaron que el publicista valenciano recibiera, como comisión, un tercio de la cuantía de los contratos que consiguiera para el grupo Nóos.

Zorío se encargó así de hacer de «embajador» de Urdangarín y de Torres ante el presidente valenciano, Francisco Camps, para que éste decidiera patrocinar, con una primera suma de 6 millones y otras futuras inversiones de 250 millones , los Juegos Europeos. Los investigadores piensan también que Zorío redactó unos estudios plagiados de internet, informes con los que Nóos cobró decenas de miles de euros simulando que preparaba las competiciones.

Frente a lo declarado por el duque ante el juez, Zorío sostuvo que Torres y Urdangarín mandaban lo mismo en Nóos. El imputado reveló ayer un detalle desconocido: el pasado 22 de febrero, tres días antes de que Urdangarín fuera interrogado en Mallorca, recibió una llamada del duque para interesarse sobre el caso.

Además, aseguró que Urdangarín continuó vinculado a Nóos y a Torres hasta 2008, un extremo que el duque rechazó en su comparecencia, controlando muy de cerca los negocios y operaciones de Nóos a pesar de que el Rey le aconsejó, a principios de 2006, apartarse.

Por otro lado, la Policía de Madrid interrogó el pasado fin de semana ante el fiscal a un empresario belga que, supuestamente, actuó de testaferro para que Urdangarín no apareciera como titular de una operación económica realizada a través de una cuenta bancaria en Suiza. Los investigadores creen que con estas nuevas pesquisas se ha destapado una red de empresas que actuarían como intermediarias y que se habrían utilizado para tapar el nombre del duque.

Esta nueva línea de investigación derivó de un dato que facilitó Urdangarín en su declaración ante el juez. Se le preguntó si era titular de una cuenta en Suiza, en la que habrían ingresado la cantidad de 375.000 euros. El duque dijo que este dinero lo abonó en Suiza la empresa Aguas de Valencia a un jordano y que él habría actuado como intermediario. Los investigadores fueron tirando del hilo a partir de una nueva sociedad, Alternative General Services, domiciliada en Dublín y que se habría utilizado en esta operación. El titular de la firma es el belga Richard Cockx, residente en una humilde vivienda en El Escorial y que se dedica, a cambio de una modesta comisión, a formalizar sociedades para que sus clientes las utilicen con el fin de que su nombre no aparezca como beneficiario en determinadas operaciones. El trato con Urdangarín lo hizo a través de un abogado.