La denuncia de presiones que «violentan el derecho a ser madres» hecha por Alberto Ruiz-Gallardón provocó una lluvia de críticas de los diputados de izquierda, que en Twitter acusaron al «supuesto progre» del PP de ser el más «duro y ultraconservador» del Gobierno.

José Luis Ábalos (PSOE) dijo que a Gallardón «le gusta arrancar aplausos de su grupo subiendo el tono conservador de su discurso», a modo de «reconciliación» de quien fue el «hijo pródigo» del PP.

Para Cayo Lara, de IU, eso de que «una presión social lleva a las mujeres a abortar» es «como si Fátima Báñez denunciara presión social que obliga al paro». «¿De verdad creímos alguna vez que Gallardón era un político centrado?», escribió Leire Pajín. Rosa Díez tachó sus palabras de increíbles.

La vicepresidenta socialista del Congreso, Teresa Cunillera, quien tras recordar que el Ministro «se hizo famoso como el centrista del PP», exclamó: «¡Cómo serán los de derecha pura y dura!». María González, respondió a Gallardón que las mujeres no necesitan «padres ministros, sino garantías y derechos».

La ex ministra Cristina Narbona centró sus críticas en la intención de recuperar el consentimiento paterno para jóvenes de entre 16 y 18 años embarazadas: «No parece preocupado si hay padres que obliguen a sus hijas a abortar.. ¿O es que cree que todos los padres obligarán a lo contrario?», pregunta. «Al que hay que poner a parir es a Gallardón, que ha mostrado su verdadera cara», dijo Olaia Fernández Davila, del BNG.