Santiago, Agencias

El ex ministro de Fomento José Blanco ya no es la única víctima política del «caso Campeón». La red de corrupción que está acusado de dirigir el empresario gallego Jorge Dorribo obtuvo ayuda de tres consejerías de la Xunta, y el diputado del PP Pablo Cobián, que ya dimitió de su cargo, cobró al menos 75.000 euros del entramado del empresario farmacéutico.

La apertura del sumario instruido por un juez de Lugo ha salpicado de lleno al Gobierno de Alberto Núñez Feijóo. Según informó ayer «El País», cuando era diputado, Cobián gestionó una entrevista entre el presidente gallego y Dorribo, a una de cuyas empresas el Ejecutivo de la Xunta le concedió una ayuda de cuatro millones pocas semanas después a través de su instituto de crédito, el Igape.

Cobián hizo gestiones ante las consejerías de Infraestructuras y Sanidad, según consta en las diligencias judiciales, añade el rotativo madrileño. Pero la trama que dirigía Dorribo accedió al Gobierno gallego también a través del ente Portos de Galicia, dependiente de la Consejería de Mar, aunque el empresario ya había hecho contactos dentro del Ejecutivo autonómico antes de la llegada de Feijóo.

Además, según consta en el sumario del «caso Campeón», Cobián acusó a Dorribo y a sus socios de articular una «auténtica mafiosada». «Conmigo no se juega, y menos que intenten confundir el tocino con la velocidad», dice Cobián por teléfono a Carlos Monjero, socio del empresario farmacéutico, quejándose por el retraso en el pago de un dinero para el patrocinio de una carrera de karts de su hijo. El patrocinio sería la contraprestación por la ayuda recibida del Igape por el entramado de Dorribo.

Monjero negó ante el Supremo que él o sus socios entregaran «cantidad alguna» a Dorribo para que pagara a Blanco a cambio de gestiones para obtener ayudas públicas de manera irregular. Ante la juez del caso, Monjero reconoció su presencia en una comida en Lugo a la que llegaron Dorribo y Blanco en el mismo coche, procedentes de la gasolinera de Guitiriz. Según Dorribo, para poder subir a ese coche y hablar con Blanco tuvo que pagar 200.000 euros que dio en mano al primo político del ex ministro en esa estación de servicio.