Madrid, Agencias

Las víctimas del 11-M siguen ahondando en su división, y más en el octavo aniversario de la mayor masacre terrorista de la historia de España, que coincide con la nueva investigación sobre los atentados y las protestas contra la reforma laboral. Un año más, se celebraron dos actos diferentes, en los que intervinieron la presidenta de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, Pilar Manjón, y la presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Ángeles Pedraza.

En la estación de Atocha de Madrid, Manjón estuvo arropada por los sindicatos UGT y CC OO y la Unión de Actores, y arremetió contra la decisión del fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, de investigar los restos de uno de los trenes que supuestamente estalló en los atentados y que se conserva en un almacén ferroviario.

Tras recordar al fiscal general que el caso está juzgado y que hay tres sentencias que así lo confirman, denunció que su decisión emana de «la manipulación repugnante de los conspiranoicos fanáticos (...) que no asumen que los atentados fueron cometidos por yihadistas».

En el Bosque del Recuerdo del parque del Retiro, Ángeles Pedraza dijo, por su parte, que «el 11-M es un caso abierto, y ahora más que nunca», al tiempo que pidió a todos los que tienen responsabilidades públicas que actúen «con decisión y valentía» para lograr el esclarecimiento total del peor atentado de la historia de España.

La presidenta de la AVT señaló que «para dignificar a las víctimas hay que hacer justicia» y «hay que seguir investigando hasta el último punto todos y cada uno de los atentados sin resolver, desde el 11-M hasta los más de trescientos atentados de ETA».

La coincidencia del aniversario con las manifestaciones convocadas por los sindicatos contra la reforma laboral también puso de manifiesto las divergencias entre asociaciones de víctimas, informa «Efe». Manjón señaló que nadie va a utilizar a las víctimas «como ariete contra los sindicatos» y consideró compatible el homenaje a las víctimas de los atentados de hace ocho años con la manifestación contra la reforma laboral.

«No hay ningún antagonismo entre el homenaje a las víctimas del 11-M y la manifestación de los sindicatos», recalcó la presidenta, antes de indicar que «dentro de las libertades de este país están la libertad de expresión, la de manifestación y la de recordar a las víctimas».

A los participantes en estas protestas, Pedraza les dijo, en cambio, que «no tienen corazón, que no tienen alma y que son indignos», a la vez que lamentó que hayan querido «pisotear» el día de las víctimas del terrorismo. «Han tenido ocho años para manifestarse por muchísimas cosas y nunca lo han hecho. Hoy es una vergüenza que lo hagan», apostilló, arropada por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, el propio Torres-Dulce y la alcaldesa de Madrid, Ana Botella.