Afirmar que el juez José Castro no ha llamado como imputada, en la pieza separada 25 del Palma Arena, «a la Infanta Cristina de Borbón para no estigmatizarla obedece a la pura invención del recurrente (el sindicato Manos Limpias) y a él incumbe explicar qué proceso mental le ha conducido a ese argumento», asevera el instructor en un auto donde vuelve a rechazar el encausamiento de la duquesa de Palma.

Manos Limpias, que ejerce la acusación popular, utilizó como principal tesis en su recurso contra la negativa a imputar a la esposa de Iñaki Urdangarín una frase del juez manipulada y sacada de contexto por algunos medios que sostuvieron, falsamente, que Castro no encausaba a la Infanta para no estigmatizarla.

El instructor no se muerde la lengua al censurar a Manos Limpias: «Se ha de dar por sobrentendido que, antes de recurrir una resolución judicial, aquélla, cuando menos, ha de ser leída». Si hubiese algún tipo de indicios de que la hija del Rey hubiese participado en alguno de los presuntos delitos atribuidos a su esposo, Castro no dudaría en citarla como imputada, aunque su declaración fuera un mal trago, asevera el auto.

Lo cierto es que, «hasta el momento», «no se han constatado indicios de criminalidad en su contra», remacha el juez. Manos Limpias se metió en otro berenjenal al alegar que Cristina tenía que recibir el mismo trato que «otras esposas de imputados que sí han sido encausadas». «La única imputada que es, a su vez, esposa de otro imputado es Ana María Tejeiro, pero en ningún momento se la ha citado en razón de su vínculo matrimonial con Diego Torres», aclara el juez.

Por otra parte, el abogado de Urdangarín pidió al instructor que aclare el auto donde denegó citar como testigos a Carlos García Revenga, secretario de la Infanta Cristina, y al asesor de la Casa del Rey, José Manuel Romero. Sobre su alusión a la desobediencia del duque hacia el Rey, el juez la mencionó al justificar su negativa a citar al Conde de Fontao, que trasmitió las advertencias del Monarca a su yerno.