El ministro de Economía, Luis de Guindos, reconoció ayer que este primer semestre será «extremadamente duro y difícil» y que la economía volverá a caer en el primer trimestre, aunque «no mucho más» de lo que lo hizo en el último de 2011. El Gobierno espera que la situación empiece a estabilizarse en el segundo semestre.

El producto interior bruto retrocederá un 0,3 por ciento, una caída similar a la que registró en el cuarto trimestre del año pasado. «El dato será igual de malo, pero no mucho peor», dijo el Ministro, tras indicar que su compromiso es «no anunciar ningún tipo de brote verde», ya que «es lo peor que se puede hacer porque no genera confianza».

De Guindos espera que la economía se estabilice a partir del segundo semestre, que será cuando se produzca un «rebote» como consecuencia de la implementación de las medidas económicas y las reformas que ha acometido el Ejecutivo de Rajoy, que esta semana cumple sus cien primeros días al frente del Gobierno.

El Ministro dijo que hay una cuantía muy significativa de gasto publico que se puede eliminar sin que tenga efectos negativos en la actividad económica y que se elevaría a «bastante miles de millones». Se trata del gasto derivado de empresas públicas y fundaciones ineficientes, de redundancias entre administraciones o trámites administrativos que suponen una cuantía muy significativa.

De Guindos ha querido transmitir una señal de optimismo, al resaltar que aunque el Gobierno no tiene una estimación de la evolución del PIB para 2013, el dato podría ser positivo.

Las «subidas o retoques» de impuestos que puedan prever los Presupuestos Generales del Estado para 2012 serán «equitativas y temporales», afirmó el titular de Economía, quien añadió que habrá que esperar a mañana para ver si hay subidas. De Guindos eludió contestar sobre la cuantía que podría aumentar el impuesto de sociedades. «Se verá el viernes», dijo en alusión a un gravamen en el que podría haber eliminación de deducciones o exenciones. En cambio negó un aumento del IVA .

En respuesta a la socialista Inmaculada Rodríguez Piñeiro, De Guindos instó al PSOE a que abandone la demagogia de exigir a este Gobierno que solucione en cien días lo que ellos no hicieron con Zapatero en los cuatro años anteriores.

La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría recriminó al PSOE que pida ahora rectificar la reforma laboral cuando Zapatero no lo hizo en 2010, pese a la huelga general de los sindicatos. En la misma sesión de control en el Congreso, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, afirmó que el anterior Gobierno fue un «verdadero campeón del despido» y aseguró que durante el mandado del PSOE ha habido 3,6 millones de despidos, el 75% de los cuales fueron improcedentes o «casi libres».

Por último, Cristóbal Montoro acusó al PSOE de tener una concepción del Estado que lo transforma en un «nido» de «enchufismos varios» y de «corruptelas», y añadió que la tarea ahora es «dignificar» la función pública.