Los disturbios y los enfrentamientos de grupos violentos con la policía han marcado las horas posteriores a la gran manifestación pacífica que reunió hoy a miles de personas en el Paseo de Gracia de Barcelona, en la jornada de huelga general contra la reforma laboral.

Pasadas las 22.00 horas, continuaban algunos altercados en calles cercanas a la céntrica plaza de Cataluña, que vivió al final de la tarde de hoy una auténtica batalla campal entre jóvenes encapuchados y policías, en medio de contenedores quemados, cristales rotos y ciudadanos que trataban de regresar a sus casas tras participar en la marcha.

Los incidentes y los cordones policiales bloquearon a muchos de estos manifestantes que buscaban llegar hasta los accesos al metro y los trenes, cuya estación está en la plaza, para poder abandonar el centro de la ciudad utilizando los servicios mínimos previstos en las horas puntas.

Un total de 44 personas han resultado heridas de carácter leve durante los incidentes, ha informado el Sistema de Emergencias Médicas (SEM), y la policía ha procedido a la detención de una treintena de alborotadores.

El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, ha anunciado esta noche que el Ayuntamiento se personará como acusación particular contra las personas que han sido detenidas.

Los primeros problemas de la jornada se han dado en el marco de la manifestación alternativa de la CGT y CNT, durante la cual una decena de encapuchados han quemado contenedores y han golpeado los cristales de entidades bancarias y de la sede de la fiscalía, en su camino hacia la zona baja del Eixample.

En céntricas calles como Balmes o Gran Vía, los alborotadores han formado barricadas, colocando contenedores tumbados, a los que han prendido fuego y destrozado mobiliario urbano.

Con un incesante movimiento de sus furgones y el lanzamiento de bolas de goma, los Mossos d' Esquadra han dispersado a la multitud en diferentes puntos del barrio del Eixample, una multitud entre la que se encontraban familias y personas de todas las edades, además de los alborotadores encapuchados.

"Hace años que no veía unos altercados tan intensos", ha asegurado a Efe el dueño de un bar de la zona, mientras ofrecía hielo a un niño que había sufrido en la pierna el impacto de una bola de goma lanzada por los Mossos.

El menor era uno de los muchos que habían buscado refugio en el local ante los lanzamientos de bolas de goma de los policías, que provocaban grandes estampidas de gente y una gran confusión en las calles cercanas a la plaza de Cataluña.

Entre los diversos destrozos, algunos incontrolados rompieron y saquearon unos escaparates del edificio de El Corte Inglés, situado en la misma plaza de Cataluña, mientras otro grupo de desconocidos incendiaba un local de la cadena Starbucks, en una calle vecina.

En medio del caos, los Mossos desalojaron la plaza y posteriormente limitaron los accesos a la misma, que seguía acordonada pasadas las diez de la noche.

En los alrededores de la plaza, ya casi desierta, algunos ciudadanos continuaban en busca de un medio de transporte, mientras los alborotadores aún provocaban algunos altercados, ya escasos, en vías cercanas.

Una treintena de personas, según un primer balance, han sido detenidas en los incidentes en esta jornada en la que miles de catalanes (80.000, según la Guardia Urbana, y 800.000, según los sindicatos) han salido a la calle en la manifestación convocada por los sindicatos en la jornada de huelga.

CCOO y UGT han cifrado en un 82% el seguimiento de la huelga general en Cataluña, mientras que en el transporte público aseguran que el paro ha sido del cien por cien, con cumplimiento de los servicios mínimos.