El preso de ETA José Ignacio Gaztañaga Bidaurreta ha abandonado esta tarde el centro penitenciario Ocaña I (Toledo), donde cumplía condena, después de que la Audiencia Nacional haya ordenado hoy su puesta en libertad.

Gaztañaga Bidaurreta ha sido recibido a las puertas de la prisión por familiares, tras abandonar el módulo 1 del centro penitenciario de Ocaña en el que estaba recluido, según han informado a Efe fuentes funcionarios de la prisión.

Ha sido puesto en libertad, al igual que los también presos de ETA Juan María Igarataundi Peñagarikano -que cumplía condena en la cárcel de Mansilla de Las Mulas (León)-, y José María Pérez Díaz -interno en la prisión de Burgos-, al estimar ayer el Tribunal Constitucional su recurso contra la aplicación de la Doctrina Parot.

Fuentes jurídicas han indicado que después de ser notificada por el Constitucional, la Audiencia Nacional ha dado por anuladas las resoluciones en las que se les aplicó la "doctrina Parot" y ha retrotraído las actuaciones al momento en que se dictaron, aprobando con carácter retroactivo su licenciamiento definitivo.

Así, la fecha de libertad aprobada hoy para Gaztañaga, que fue condenado por el asesinato de un policía nacional en septiembre de 1985 en Vitoria, es la del 29 de marzo de 2006.

El preso de ETA José María Pérez Díaz, excarcelado hoy en Burgos por orden de la Audiencia Nacional después de que el Tribunal Constitucional haya estimado su recurso contra la aplicación de la doctrina Parot, ha salido esta tarde de prisión gritando ante familiares y amigos: "Irabaziko dugu" (Venceremos).

A las 17.45 horas, se oía por la megafonía del recinto penitenciario el nombre del etarra, que ha salido de la prisión poco después de las 18.00.

Desde ayer a las 22.00 horas le esperaban en el recinto, aunque fuera del edificio de la prisión, varios familiares directos que le han recibido entre gestos de emoción y han entonado junto al recién liberado una canción en euskera que habla de la vuelta a casa de los seres queridos.

Juntos han recorrido a pie unos 200 metros que les separaban de otro grupo de familiares y amigos a los que Pérez Díaz ha dedicado el grito de "irabaziko dugu" antes de corear gritos de "euskal presoak etxera" (presos vascos a casa).