Madrid, Agencias

Instituciones Penitenciarias concedió el viernes el tercer grado al etarra Joseba Andoni Díaz Urrutia, que el pasado junio había sido trasladado a la prisión de Nanclares de Oca (Álava), informaron fuentes del Ministerio del Interior.

Díaz Urrutia, que fue llevado a Nanclares desde la cárcel de Zuera (Zaragoza) tras cumplir los requisitos que exige la ley, en especial el perdón por escrito a las víctimas y la asunción de las indemnizaciones por responsabilidad civil por su actividad terrorista, estaba condenado por formar parte de Ekin, el aparato político de ETA. Desde octubre, Díaz Urrutia estaba en un régimen flexible del segundo grado penitenciario y, desde el viernes, en tercer grado, podrá solicitar el acceso a la libertad condicional, informa «Efe».

Ésta es la segunda vez en que el actual Gobierno del PP concede el tercer grado a un etarra, pues en febrero lo hizo con José Manuel Fernández Pérez, también interno en Nanclares, que integró el «comando Vizcaya» en distintas épocas y que cumple condena desde 1992.

Por otra parte, el Ministerio del Interior comunicó que se ha trasladado a la cárcel de Topas (Salamanca), desde la de Zaballa (Álava), a Ekaitz Samaniego, un preso miembro de Segi arrestado en enero.

No consta que Samaniego, que fue condenado a ocho años de cárcel por el Tribunal Supremo por atacar una parada del tranvía de Vitoria en 2009, se haya desvinculado de la banda armada, ni que haya rechazado la violencia. Samaniego estaba pendiente de clasificación en prisión y, tras ser puesto en segundo grado, se ha decidido su alejamiento del País Vasco. La semana pasada, Interior acordó el acercamiento al País Vasco de un recluso con una grave enfermedad mental, Aitzol Gogorza.

Desconocidos incendiaron en la madrugada del viernes en Andoain (Guipúzcoa) cuatro contenedores, lo que obligó a desalojar un edificio, cuya fachada resultó afectada por las llamas, informó el departamento vasco de Interior, que no descartó que se trate de un acto de violencia callejera. En la fotografía, un hombre mira los restos del incendio.