PP y PSOE abordarán en los próximos meses una nueva reforma de la ley electoral con el fin de aumentar la participación de los españoles residentes en el extranjero en los comicios generales y autonómicos, después del notable descenso que ha acarreado la introducción del llamado voto rogado.

La obligación de los censados en el exterior de comunicar personalmente su voluntad de ejercer el sufragio como paso previo a recibir las papeletas fue una medida que se incorporó a la ley a comienzos de 2011 para garantizar la identidad del elector y evitar manipulaciones.

PP y PSOE se han replanteado la idoneidad del voto rogado a la vista de las quejas de los colectivos de emigrantes por lo complicado del procedimiento y de la elevada abstención registrada en los distintos comicios celebrados en el último año.

El director del PP en el Exterior, Alfredo Prada, y la secretaria de Emigración del PSOE, Carmela Silva, han iniciado ya conversaciones para intercambiar ideas sobre cómo incentivar el sufragio de los inscritos en el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA), según han informado a Efe.

En las elecciones autonómicas celebradas en mayo del pasado año y en las generales del 20 de noviembre, pidieron votar un 10 por ciento, pero solo la mitad lograron remitir a tiempo la papeleta, debido a lo ajustado de los plazos y a los retrasos en la recepción de la documentación.

los últimos comicios en Andalucía, votó el 7,1 por ciento, y en Asturias, se tocó fondo con una participación de solo el 3,3 por ciento de los residentes en el exterior.

"Estos datos marcan una tendencia de muy escasa participación. Hay que buscar una fórmula que simplifique el sistema. El voto rogado ofrece garantía y seguridad jurídicas, pero es complicado y complejo", admite Prada.