El presidente de la Generalitat, Artur Mas, no puso objeciones a que se inicie en España un proceso de recentralización de competencias, siempre y cuando afecte sólo a las autonomías creadas «artificialmente» y no a territorios como el País Vasco o Cataluña, con una secular «voluntad de autogobierno».

Dándole la vuelta a la tortilla y evitando darse por aludido ante la petición de Esperanza Aguirre a Mariano Rajoy, Mas invitó a aquellas comunidades creadas durante la transición para completar el Estado de las autonomías y que ahora quieran devolver competencias a que lo hagan sin ningún complejo, siempre que se permita una descentralización asimétrica y se ponga fin así al llamado «café para todos».

Para el presidente catalán, demostrarán entonces «lo que ya sabíamos: que hay comunidades que responden a una cosa artificial, que se creó para hacer el café para todos y para diluir las aspiraciones de Cataluña y del País Vasco».

«Si consideran que el Estado de las autonomías ha ido demasiado lejos, pues que lo replanteen, pero que eso no afecte a aquellos que tienen voluntad de autogobierno expresada mayoritariamente desde hace siglos», concluyó. Por su parte, el portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, aseguró que Cataluña sería más rica si fuera independiente.

El PNV anunció que se opondrá a que el Estado «fuerce» a las comunidades a renunciar a su autogobierno en todo o en parte. «Saludo efusivamente las declaraciones de Aguirre porque creo que ponen el dedo en la llaga», dijo Josu Erkoreka, quien rechazó que se obligue a todas las autonomías por igual. El PSOE pidió a los populares que midan lo que dicen, sobre todo a Esperanza Aguirre. En estos momentos de grave crisis, el PP debería ser «templado y ponderado», pero está «nervioso y desarbolado», y sus dirigentes se han lanzado a una «competición de barbaridades», añadió.