El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha destituido a los cinco jefes de inspección de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF) y ha nombrado nuevo director del organismo al asturiano Santiago Menéndez Menéndez y como número dos a Pilar Valiente, quien en 2001 se vio obligada a abandonar la presidencia de la Comisión Nacional del Mercado de Valores por el «caso Gescartera».

Santiago Menéndez fue delegado especial de la Agencia Tributaria en Asturias durante 1998 y 1999 y ocupó el cargo de director de Recaudación de Hacienda durante la anterior etapa del Partido Popular en el Gobierno.

El flamante director de la ONIF es hermano de Anselmo y de Adolfo Menéndez, secretario de la Fundación Príncipe de Asturias y ex secretario de Estado de Fomento y Defensa en los ejecutivos de José María Aznar. Los tres son sobrinos de Aurelio Menéndez, ministro de Educación con UCD y uno de los fundadores del prestigioso bufete de abogados Uría y Menéndez.

A las órdenes de Santiago Menéndez al frente de ONIF trabajarán, además de Pilar Valiente (directora adjunta), Manuel José Rufas, Paula Vázquez, Marta Poole, Rafael Serrano y Valentín Gallego como nuevos jefes de inspección, todos ellos cargos de libre designación.

Pilar Valiente es inspectora jefe en la ONIF desde 2004, después de que el 19 de septiembre de 2001 se viera forzada a dimitir como presidenta de la CNMV, cargo al que llegó el 6 de octubre del 2000.

La agencia de valores Gescartera fue intervenida por la CNMV en junio de 2001 al descubrirse un desfase patrimonial de 50 millones de euros. Valiente renunció tras aparecer un dietario de 1999 de la presidenta de Gescartera, Pilar Giménez-Reyna, con reuniones, llamadas y supuestas intervenciones de Valiente para beneficiar a la agencia durante las investigaciones de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, según informa «Efe».

En 2004 la juez Teresa Palacios rechazó imputar a Valiente por el «caso Gescartera» a pesar de que las acusaciones particulares consideraban que tuvo una actuación decisiva a la hora de paralizar o flexibilizar varias inspecciones para tratar de favorecer a los implicados.

Desde la oposición se exigieron ayer explicaciones al Gobierno, al considerar que con esta medida ha sido destituido Víctor de la Morena, el jefe de investigación que se venía ocupando del «caso Gürtel», relativo a la supuesta trama de corrupción que se ha relacionado con el Partido Popular.

Todos los destituidos son inspectores de Hacienda que ahora quedan en expectativa de destino, lo que ha sido interpretado como un castigo. Estos equipos de investigación son los que se encargan de las pesquisas de la Agencia Tributaria en los principales escándalos. Entre ellos está el de la «operación Babel» y por el que permanece imputado Iñaki Urdangarín, el marido de la Infanta Cristina.

Fuentes de la ONIF criticaron la brusquedad con la que se llevaron a cabo las destituciones. Según esta versión, a algunos de los afectados se les instó a retirar de forma inmediata los objetos personales de sus despachos.

Por todo ello, desde la oposición se llegó a denunciar que con este relevo se ha descabezado la investigación de la «trama Gürtel». Desde el PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba pedirá al Gobierno que explique su decisión y le acusa de liquidar la cúpula de la Oficina Nacional de Investigación Antifraude por los éxitos logrados.

En nombre de IU, Cayo Lara ha registrado en el Congreso una solicitud para que el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, rinda cuentas sobre los relevos. En concreto, quiere que detalle qué efectos tendrá en la lucha contra el fraude fiscal y la corrupción la destitución de esos altos cargos de la ONIF. Según IU, esta oficina es «de las más sensibles» de la Agencia Tributaria, ya que investiga los casos de fraude más importantes y con gran relevancia judicial, como los de Afinsa, la «trama Gürtel» o el Instituto Nóos dentro del «caso Palma Arena».

También tiene previsto pedir la comparecencia de Montoro el diputado de Compromís Joan Baldoví para que aclare las «repentinas y sospechosas» destituciones, puesto que para él la «depuración» de la ONIF es una auténtica caza de brujas sin precedentes y demuestra que quien molesta al PP es apartado de la vida pública. Baldoví destacó los destituidos han trabajado en temas como el «asunto Gürtel» o el instituto Nóos, «que han encontrado en Valencia su centro de operaciones con la complicidad y la ayuda de Francisco Camps».

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