La Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, representados por Esperanza Aguirre y Ana Botella, rindieron ayer homenaje a las víctimas del 11-M en dos actos distintos, celebrados al día siguiente para no coincidir con la manifestación contra la reforma laboral, y a los que acudieron ministros y representantes de los partidos y de todos los colectivos, incluido el de Pilar Manjón, por el que asistió David Abad después de que ella se excusase por un problema médico.

Manjón participó después en el homenaje convocado por el Ayuntamiento de Parla, gobernado por el PSOE, donde denunció que la Comunidad y la Corporación de Madrid no han permitido a Abad subir a las tribunas porque no es presidente de ninguna asociación En Atocha se guardaron cinco minutos de silencio y se depositó una corona de laurel en memoria de las víctimas.

La presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, acusó a los sindicatos y al PSOE de que la división haya vuelto a aflorar en el octavo aniversario. «Ninguno de los que salieron el domingo gritando ha estado nunca con nosotros», dijo para acusar a los socialistas de abandonar a las víctimas tras salir del Gobierno. Por su parte, Ángeles Domínguez lamentó el aplazamiento de los actos por la marcha contra la reforma laboral y lo calificó de injusto.