El presidente Mariano Rajoy mostró ayer su rechazo rotundo sobre la posibilidad de establecer el «copago» sanitario, se mostró «animado» para afrontar «la tarea gigantesca» ante la crisis y aseguró que se harán las reformas estructurales que sean «necesarias»

Rajoy negó además sentirse «presionado o chantajeado» por la intención de la Generalitat de organizar una consulta sobre el pacto fiscal. Aclaró que su prioridad es crecer económicamente y crear empleo y, a partir de ahí, intentará que «nadie llegue a situaciones límite».

En cuanto a si el Gobierno se plantea el copago sanitario después de que Cataluña aprobara una tasa de un euro por cada receta farmacéutica, el Presidente aseguró tajante: «No soy partidario del copago en la sanidad». Este «asunto» no está «sobre la mesa» ni en el Consejo de Ministros ni en la Comisión delegada de Asuntos Económicos, añadió.

Rajoy no habló ayer de la primera tormenta vivida esta semana en el seno de su Gobierno al conocerse que el marido de Dolores de Cospedal había sido nombrado consejero de Red Eléctrica Española, con un sueldo de 180.000 euros al año. La noticia causó indignación en el PP y en parte del Ejecutivo. Algunas fuentes aseguran que el presidente y Soraya Sáenz de Santamaría hicieron llegar ese malestar a su «número dos» en el partido, y jefa del Gobierno de Castilla-La Mancha.

En este punto, Ignacio López del Hierro se vio obligado a dar marcha atrás el pasado jueves y renunciaba a aceptar el cargo en el consejo de administración de una empresa privada controlada por la participación pública. Una versión que el entorno de Cospedal rechaza, al asegurar que fue López del Hierro quien optó por no aceptar para no perjudicar a su esposa.

Que la versión del malestar en el Gobierno es ajustada la avala el hecho de que Alberto Nadal, hermano gemelo de Álvaro Nadal, actual director de la oficina del presidente Rajoy, también renunciaba de forma súbita a su flamante nombramiento como consejero de Red Eléctrica España.

Aunque el PSOE llegó a pedir su dimisión, Dolores de Cospedal evitó dar la réplica y optó por guardar silencio. El candidato andaluz del PP, Javier Arenas, tampoco estaba ayer muy contento con la presencia de la «número dos» del partido en un mitin de su campaña electoral.

Dolores de Cospedal se limitó a preguntar a los socialistas, al PSOE y a los sindicatos que han convocado una huelga general en protesta por la reforma laboral aprobada por el Gobierno «cuándo van a pensar en los intereses de los españoles y en los que no tienen un puesto de trabajo, y no en los intereses particulares y partidistas de los unos y los otros». Nada dijo fuera del guión. La número dos del PP acusó al primer partido de la oposición de meter miedo a los españoles con el fin del Estado del bienestar.