La sección sexta de la Audiencia de Las Palmas ha condenado este viernes al excampeón nacional de kárate y "depredador sexual", Fernando Torres Baena, a 302 años de prisión como autor de 35 delitos de abuso sexual y otros 13 de corrupción de menores, un "macroabuso sin precedentes", en su gimnasio de Las Palmas de Gran Canaria y en su residencia de la playa de Vargas, en Agüimes. Su compañera María José González ha sido condenada 148 años de cárcel por los mismos delitos. Ivonne González ha sido condenada a 126 años de cárcel por los mismos delitos y Juan Luis Benítez ha sido absuelto.

La sentencia considera probado que durante 15 años, el chalet de Vargas fue el lugar donde se desarrollaron "auténticas orgías sexuales" en las que no sólo participaban los condenados con las víctimas, sino que promovían encuentros entre los menores en función de su autoridad deportiva y de rango del propio Baena y de María José e Ivonne. El ponente de la sentencia, Salvador Alda, narrado que para los menores, Torres Baena era "el héroe y dios deportivo y espiritual del colectivo".

Además, los condenados instigaban a los niños al consumo de alcohol y derivados del cannabis para lograr sus fines, además de mantener un organigrama piramidal en el que Torres Baena ejercía de promotor de los contactos, que luego mantenían tanto él como Ivonne o María José, y que llegaban a ser bucales, anales y vaginales con los menores y en número que podría alcanzar a tres o cuatro niños además de los condenados.

"Sin sexo no hay kárate, sin kárate no hay éxito y sin éxito no se llega a ninguna parte", era la máxima de Torres Baena para mantener desde su autoridad moral y deportiva a los menores elegidos con los que cometieron "múltiples delitos de abusos sexuales continuados" .