Unas 150 personas fallecen al año atropelladas, la mayoría arrolladas en carretera al tratar de ayudar a víctimas de un accidente de tráfico. No parar si no es necesario y, de hacerlo, aplicar la técnica de proteger, avisar y socorrer evitará que un siniestro provoque otro incluso más grave.

Pautas que el presidente de la Asociación de Víctimas de Tráfico (DIA), Francisco Canes, y el agente de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil José Queipo han ofrecido este jueves en la Escuela Nacional de Protección Civil donde ambos han presenciado un simulacro de accidente.

Dos coches impactan frontalmente en una carretera, la misma por la que circula instantes después un hombre que se detiene a socorrer a los heridos: la conductora de uno de ellos, sin cinturón, con heridas graves; la otra, una joven, al volante del otro turismo, sufre heridas leves.

A partir de entonces seguir el protocolo PAS (Proteger, Avisar y Socorrer) es el mejor método de actuación en caso de siniestro. Sus pautas, en palabras de Francisco Canes, evitarían la mitad de los muertes por atropello.

"Nos olvidamos de nuestra propia seguridad cuando queremos ayudar, muchas veces por los nervios y la precipitación", subraya Canes antes de presenciar cómo el joven que se ha parado a socorrer a las heridas detiene su vehículo en un lugar donde no causa un problema mayor y se pone el chaleco antirreflectante.

Pero no siempre la actuación es correcta. Según el guardia civil, el brigada José Queipo, entre los errores e imprudencias más frecuentes figuran estacionar en una curva con poca visibilidad, invadir la circulación o, incluso, pararse cuando no es necesario si hay más conductores socorriendo o ya están los sanitarios.

En caso de que un conductor se detenga y haya seguido el primer paso del protocolo PAS, deberá inmediatamente avisar a los servicios de emergencias con cualquier referencia sobre la vía en la que se encuentra si desconoce el punto exacto.

Mientras llegan los facultativos y la Guardia Civil, el "buen samaritano" deberá tranquilizar a los heridos y no mover a los más graves, salvo que corran peligro como un incendio en el vehículo o que se pudieran estar ahogando con el cinturón de seguridad.

Con los agentes de tráfico en el lugar del siniestro, se activa la última fase del protocolo PAS, el socorro, en el que son los facultativos los que deben proceder a evacuar de la zona a los heridos y los vehículos siniestrados.

Se trata del tercer año que la asociación DIA y la Escuela de Protección Civil desarrollan estos cursos prácticos para la prevención de accidentes y la atención multidisciplinar a víctimas.

En sus tres ediciones 240 profesionales como policías, guardias civiles, sanitarios, psicólogos, trabajadores sociales o equipos de emergencias han presenciado estas prácticas que tienen como objetivo capacitar a los asistentes en la prevención de la siniestralidad y en la mejor manera de intervenir en caso de accidente.

Durante dos días, además del simulacro, los asistentes han aprendido técnicas que permiten tranquilizar e interactuar con los afectados reduciendo el estrés del momento y se han abordado los diferentes modelos de intervención que aplican los cuerpos policiales para conocer cómo comunicar malas noticias.

También se ha analizado el manual para la intervención con niños como víctimas de accidentes de tráfico, ya sea directamente o en su entorno social o familiar.