El barrio de Sants de Barcelona vuelve a ser por cuarta noche consecutiva escenario de incidentes tras la cacerolada de protesta y la manifestación que se ha celebrado por el desalojo y el comienzo de la demolición de Can Vies.

Según ha podido constatar Efe, varios contenedores han sido incendiados en la carretera de Sants poco después de que se disolviera una manifestación que se ha dirigido a las proximidades de la comisaria de los Mossos d'Esquadra de Les Corts.

Al terminar la cacerolada en la plaza de Sants, en la que han participado varios centenares de personas, muchos de los asistentes se han dirigido hacia la comisaria policial, por cuyos aledaños circulaban numerosas furgonetas de las fuerzas antidisturbios de los Mossos d'Esquadra, así como dos ambulancias.

La manifestación se ha disuelto poco antes de llegar a la comisaría en la que todavía permanecen algunas de las 38 personas que han sido detenidas en las tres últimas noches de disturbios a raíz del desalojo de Can Vies, un inmueble que estaba 'okupado' desde 1997 y que funcionaba como centro social autogestionado.

La cacerolada ha comenzado hacia las nueve de la noche y en la misma han participado varios centenares de personas, en su mayoría jóvenes, con cacerolas, silbatos y otros objetos para hacer ruido, mientras que la presencia policial se ha limitado a algunos agentes de la Guardia Urbana que han desviado el tráfico en la carretera de Sants para evitar atascos.

En la concentración se ha exhibido una pancarta en la que se leía: "Libertad detenidos. Policía fuera del barrio".

A diferencia de lo ocurrido en los últimos tres días, a primeras horas de la noche las estaciones de metro del barrio de Sants estaban abiertas, aunque han sido cerradas cuando han comenzado los disturbios.

Tras disolverse la manifestación cerca de la comisaria de los Mossos, grupos de manifestantes se han dirigido de nuevo a la carretera de Sants, que estaba cortada al tráfico, donde han realizado una breve sentada antes de emprender de nuevo la marcha, esta vez en dirección a la sede del distrito de Sants-Montjuïc.

Ha sido entonces cuando han aparecido grupos de encapuchados que han empezado a quemar contenedores y a destrozar los cristales de entidades bancarias, marquesinas y paneles del Metro de Barcelona.

Al igual que ha ocurrido en las últimas noches, un helicóptero de la policía catalana dotado de un potente foco para localizar a los alborotadores sobrevuela la zona.

Algunos de los asistentes a la concentración han realizado diferentes pintadas en paredes y cristaleras de entidades bancarias en las que puede leerse: "No negociamos. Luchamos", o "Sants, Gamonal, Atenas, Río".

Barcelona, y en concreto el barrio de Sants, ha sido escenario en las últimas tres noches de violentos enfrentamientos entre la policía autonómica y grupos de jóvenes encapuchados que han quemado contenedores, lanzado piedras y botellas y causado numerosos daños en el mobiliario urbano, entidades bancarias y sedes de partidos políticos.

El balance es de 38 detenidos en tres días, que han comenzado a declarar ante el juez y, paulatinamente, quedan en libertad con cargos tras prestar declaración.

Desde entidades cívicas, partidos de la oposición y sindicatos se han alzado voces para reclamar diálogo entre el Ayuntamiento de Barcelona y los jóvenes okupas que ha intentado propiciar hoy el Centro Social de Sants-Asociación de Vecinos.

El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, ha asegurado esta noche que detendrá el derribo de Can Vies "si es una condición para llegar a un acuerdo", y mañana, a las 10:00 horas, está previsto que los portavoces de los okupas respondan a esta propuesta.