-"Esta vez voy a decir que son vuestros".

-"Haga lo que considere conveniente".

Con ese diálogo entre la ya Reina Letizia y las modistas Nieves García Torres y Teresa Fernández Castro, mantenido hace una semana, se levantaba el secreto que ha pesado, por acuerdo mutuo, sobre el singular trabajo que llevan años realizando las dos veteranas costureras de Gijón, de 70 y 63 años respectivamente. Ambas, desde un taller ubicado en un piso de la calle Dindurra por el que ha pasado "casi tres generaciones de niños; medio Gijón y medio Oviedo", Nieves y Tere han cosido con puntadas artesanas algunos de los mejores vestidos lucidos desde 2008 por Leonor y Sofía. "Hasta ahora el orgullo iba por dentro", admite Nieves García. Pero ayer pudieron dar rienda suelta a su satisfacción por haber dado con el gusto de la Reina a la hora de vestir a sus hijas.

Pese a que dan por supuesto que la Casa Real disponía de diversos modelos para que las niñas lucieran hermosas en el día de la proclamación de su padre como Rey de España, hace una semana la entonces Princesa Letizia llamó a Gijón para encargar a sus modistas de confianza, a las que conoció por mediación de una amiga íntima de Oviedo, "unos vestidos sencillos, de manga francesa y elegantes; ya nos dijo que serían para esta fecha", explica la más veterana de las dos costureras, jubilada y que aún ayuda a su compañera de taller con algunos encargos hasta que también le llegue el momento de retirarse.

"No es la primera vez que han lucido nuestra ropa; ya han salido muchas veces en fotos con lo que les hemos hecho, pero esta vez es especial, es un día para la historia; estamos muy contentas", reconoce Nieves, gallega de Coruña y afincada en Gijón desde hace 42 años, donde encontró en la gijonesa Teresa Fernández a su compañera de costura. Pese a haber cumplido con el envío a principio de esta semana, les quedaba la duda de si finalmente serían sus trajes los elegidos. "Nunca se sabe, a veces no aciertas y puede ocurrir que no les siente bien porque aunque coses a medida no les probamos la ropa".

Cuando vieron aparecer en pantalla a las niñas con sus vestidos de seda natural brocada con mezcla de algodón, la Princesa Leonor en color rosa y la Infanta Sofía en verde agua, ambas con un lazo de grosgrain en el mismo tono, supieron que habían dado en el clavo. "No es difícil vestirlas, son tan guapas", sostiene Nieves con emoción. Dicen quienes bien conocen a las dos modistas -proveedores y amigos con quien el secreto real era menos secreto, y que ayer estaban encantados de darles fama a las dos profesionales- que no sólo tienen buen gusto y maestría en el taller, también un tacto envidiable para dar con la línea de estilo que cada madre quiere para sus hijos. A la Reina Letizia la define "su gusto por las cosas sencillas", declara Nieves. También prefiere que las niñas no vayan vestidas idénticas.

En los envíos de Tere y Nieves no va sólo la ropa; en muchas ocasiones incluyen medias o leotardos que suelen adquirir en la tienda de lanas Isamar, de la calle de Menéndez Valdés. "Cuando vi el brillo de las medias supe que eran las nuestras", confiesa la dependienta que despachó hace una semana "cuatro pares de medias finas de niña" para incluir en el paquete con destino a La Zarzuela. "Se lo mandamos todo para que no tengan que buscarlas por Madrid", explica Nieves, que tiene bien presente que "el día que tuvieron la audiencia con el Papa las niñas también iban con vestidos nuestros, y en la foto de la Princesa Leonor con su padre y su abuelo, también", explica henchida de orgullo y de nervios. Con más de tres décadas de profesión el suyo es un broche de oro como modista.