La "número dos" del PP, María Dolores de Cospedal, afirmó ayer que su partido no se plantea hacer ningún cambio en la dirección nacional por la reacción política y ciudadana ante los casos de corrupción y defendió que está actuando "con mucha claridad", adoptando "medidas contundentes". "El PP ha hecho todo lo que podía hacer, nosotros no podemos meter a la gente en la cárcel", advirtió.

Cospedal dijo que su partido "ha reaccionado como tenía que reaccionar", por ejemplo suspendiendo "muy rápido" de militancia a varios de sus miembros, y dejando que sean jueces, fiscales y policías quienes investiguen los casos en los tribunales.

"Creemos que es muy importante, frente a los que quiere arrumbar un sistema democrático, defender que el sistema democrático permite precisamente eso, la independencia de la Justicia y la actuación en defensa de la legalidad de la Fiscalía general".

De esta forma respondió a las voces internas que piden en privado a Mariano Rajoy que tome medidas para recuperar el pulso y reforzar la imagen de la formación tras los últimos escándalos.

"Me gustaría que esos comentarios fueran directos. Creo que tienen mucho de cobardía y las cosas hay que decirlas a la cara. De los comentarios anónimos tengo que fiarme lo justo", replicó. Y añadió que esas voces anónimas "muchas veces" pertenecen a gente "con poca representatividad dentro del partido".

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ofreció al PP y a las otras fuerzas políticas "recuperar el espíritu de pacto" para abordar asuntos como la educación, el modelo energético y la reforma de la Constitución. Pero reiteró su rechazo a un gran pacto de gobierno entre PP y PSOE, caso de ser necesario tras las elecciones del próximo año, en alusión al ascenso de Podemos.

El coordinador federal de IU, Cayo Lara, propuso que los delitos económicos de corrupción no prescriban y que a los condenados se les impongan inhabilitaciones de treinta años.