Una pequeña guerra de las banderas marcó la jornada de ayer en Barcelona, a sólo 72 horas de las elecciones autonómicas de este domingo. El líder de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, Alfred Bosch, y el del PP catalán, Alberto Fernández Díaz, protagonizaron un rifirrafe en el balcón del Consistorio después de que el primero colgara una estelada (bandera independentista) y el segundo, al verlo, la desplazara en parte y colocara una bandera española. Ambas fueron retiradas finalmente.

Tras la tradicional misa de La Mercè, a la que no asistieron ni la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ni ningún miembro de su equipo de Gobierno, la regidora, los concejales y el presidente de la Generalitat, Artur Mas, se dirigieron a la plaza de Sant Jaume para presenciar desde el balcón del Ayuntamiento los actos festivos previstos.

Fue entonces cuando el portavoz de ERC en el Ayuntamiento de municipal de ERC, Jordi Coronas, colgó una bandera independentista del balcón. Coronas recibió la colaboración en su acción del portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Alfred Bosch.

Cuando Fernández Díaz vio la bandera independentista, y tras pedir sin éxito su retirada a la alcaldesa, reaccionó colocando a su vez una bandera española en el balcón, lo que logró hacer, a trompicones, con la ayuda de la concejala popular Àngels Esteller, pues inicialmente el teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, intentó evitarlo, lo que provocó un pequeño forcejeo.

Mientras, ciudadanos congregados en la plaza acompañaron con gritos de "independencia" el gesto de ERC, lo que provocó una sonrisa de Mas, al que posteriormente se le vio algo molesto cuando la concejal Esteller forcejeaba a su lado para colgar la bandera española. Para acabar con el rifirrafe y una vez que consiguió desplegar la bandera española, Fernández Díaz accedió a retirarla, lo que hizo posteriormente también ERC con su estelada.

Cuando se produjo el rifirrafe, la alcaldesa se retiró de la primera línea del balcón, en donde siguieron el suceso, con cara de mucha seriedad, los líderes locales del PSC, Jaume Collboni, y Carina Mejías.

Ada Colau lamentó posteriormente que ERC y el PP "hayan utilizado electoralmente" el balcón del Ayuntamiento, aunque consideró que "hay que quitar importancia a esta anécdota".

El republicano Bosch defendió su gesto de colgar la estelada porque, a su entender, representa un "símbolo de libertad en un momento crucial" para Cataluña, en referencia a las elecciones de este domingo, a las que el presidente Mas ha querido dar un sentido plebiscitario que reemplace a la consulta popular sobre la independencia que no ha logrado hacer.

El popular Fernández, por su parte, explicó que desplegó la rojigualda porque no se podía "quedar de brazos cruzados" cuando los independentistas desplegaron la estelada. El cabeza de lista popular a la Generalitat, Xavier García Albiol, fue más duro: "Se ha acabado la broma. A cada acción, habrá una reacción".

El líder del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni, lamentó la "guerra de banderas" desencadenada entre ERC y PP, que algunos observadores destacaron como símbolo de una degradación de la convivencia. Collboni exigió respeto por las instituciones y la simbología.

La líder del grupo municipal de Ciutadans, Carina Mejías, criticó, entre tanto, una situación que no dudó en calificar de "lamentable". Para Mejías, "los actos oficiales deben ser actos festivos en los que todos los ciudadanos se sientan representados".