El juez Andrés Lago ha dado por concluida la instrucción abierta tras el accidente de un tren Alvia, registrado en Santiago de Compostela el 24 de julio de 2013, y el único imputado es el maquinista Francisco José Garzón Amo por un presunto delito de homicidio motivado por una imprudencia grave profesional.

Se especifican 80 delitos de homicidio, los correspondientes a las muertes, y 144 de lesiones, y la resolución dictada sitúa como causa el exceso de velocidad, independientemente de que la seguridad pudiese ser mejor, algo que no se considera objeto de depuración en el ámbito penal, aunque el primer instructor, Luis Aláez, llegó a imputar por este motivo a varios altos cargos de Adif.

Aláez siguió una línea de investigación que apuntaba a una causa múltiple y no únicamente al despiste de Garzón, en quien Lago, su sustituto, se centró exclusivamente.