Los líderes de Ciudadanos (C's), Albert Rivera, y Podemos, Pablo Iglesias, coincidieron ayer en pedir un debate de campaña con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. El máximo dirigente socialista recogió de inmediato el guante al insistir en que su intención es debatir "con todos, de todo y sin cortapisas". Desde el PP, la respuesta fue mucho más tibia. Su secretaria general, Dolores de Cospedal, anunció que las decisiones las tomará en su momento la dirección de campaña, mientras que su portavoz en el Congreso, Rafael Hernando, defendió que lo legal es un cara a cara entre Rajoy y Sánchez, sin descartar otro tipo de debates, cuyo formato lo decidirán los responsables de las campañas.

Hernando, que se ofreció a debatir él mismo con Rivera o Iglesias, subrayó que hay unas leyes y unas reglas de juego a las que los partidos se han sometido en el pasado y que son las que "hay que aplicar". La legislación actual, precisó, sólo permite debatir en los medios de comunicación públicos a quienes tienen representación parlamentaria, lo que no es el caso ni de Rivera ni de Iglesias. Hernando dijo no entender que haya gente que defienda que "las leyes sean las que ellos hacen o las que entienden que les van bien".

Desde el partido morado, además de las propuestas de debate, llegó una constatación derivada de su continua bajada en las encuestas. La secretaria de Análisis y Programa de Podemos, Carolina Bescansa, admitió que vistas las encuestas internas que maneja el partido, a día de hoy no están en condiciones de ganar las elecciones. "En estos momentos no estaríamos en condiciones de liderar un Gobierno en nuestro país", dijo Bescansa. Bescansa explicó que sus sondeos les sitúan en un marco que no les es favorable, con un PP que ganaría las elecciones, y un empate técnico entre ellos, PSOE y Ciudadanos. La mayoría de las encuestas publicadas coinciden en situar al PSOE como segunda fuerza, seguido de cerca por C's y, a mayor distancia, por Podemos.