El objetivo de los partidos en campaña es conseguir el voto, para lo que diseñan un programa electoral en el que no suele faltar el tema de la asignatura de religión en la escuela, como ha vuelto a demostrar la propuesta socialista, que plantea eliminarla del currículum y del horario escolar.

El debate sobre religión sí o no en clase vuelve a la palestra política después de que ayer el PSOE prometiera en el borrador de su programa que si llega al poder tras el 20 de diciembre actualizará el principio de laicidad recogido en la Constitución, suprimiendo la referencia a la Iglesia Católica, y promoverá una escuela pública y laica.

Defiende, asimismo, un modelo de escuela pública en el que no quepa la integración de enseñanzas confesionales ni en el currículo ni en el horario escolar, aunque sin precisar si es aplicable todo ello a la educación privada.

Los socialistas saben que para eliminar la oferta de clase de religión pasa por derogar primeramente los Acuerdos con la Santa Sede de 1979.

Ese año se fijó que el Estado reconoce el derecho fundamental a la educación religiosa y que la Iglesia a su vez coordinará su misión educativa con los principios de libertad civil, evitando cualquier discriminación.

Además, esos acuerdos señalan que los planes educativos en la enseñanza obligatoria y postobligatoria deben incluirla "en condiciones equiparables" a las demás asignaturas fundamentales.

Desde entonces, las distintas leyes educativas han cumplido esos preceptos y la religión es de oferta obligatoria en las aulas.

En la actualidad, con la Lomce, los centros tienen que ofertarla desde Primaria a Secundaria y su elección es voluntaria por parte del alumno, aunque si no la escoge tendrá otra materia sobre Valores.

Cuando el PSOE ha estado en el poder nunca ha denunciado estos Acuerdos con la Santa Sede aunque defendiera una educación laica, de ahí que el que ahora proponga por escrito en su programa "denunciar los Acuerdos de España con la Santa Sede", parece que implica que va más en serio en su objetivo de retirar la religión de las aulas y dejarla como cualquier materia extraescolar.

Aunque se trata de momento de un borrador, las reacciones a favor y, especialmente en contra, no paran de sucederse.

Desde el ámbito político, el PP acusa al PSOE de hacer siempre promesas relativas a la Iglesia o la religión "cuando sabe que va a perder las elecciones", y cuando gobierna no las lleva a cabo y mantiene los acuerdos con la Santa Sede.

El portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, considera que dejar la religión como optativa para el estudiante es un "buen sistema que ha funcionado".

Para el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, socialistas y populares deben abandonar en materia de educación las "trincheras ideológicas" y denomina la propuesta de Sánchez como el "día de la marmota".

Desde la Conferencia Episcopal Española (CEE) hasta las asociaciones de centros y familias católicas el rechazo a la propuesta socialista ha sido total.

El secretario general de la CEE, José María Gil Tamayo, cree que se trata de "una incursión en ámbitos radicales" en busca de votos y que tiene "un resabio de otros tiempos".

Gil Tamayo asegura que proponer eliminar la religión de la escuela es "un atrevimiento" que no es propio de "un partido serio" como el PSOE.

Cada año en España, un 70 % de los padres solicita la enseñanza de religión en Primaria y un 60 % en Secundaria, recuerda.

Por su lado, la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa) califica la idea socialista de un "ataque gravísimo" al derecho constitucional para elegir que sus hijos reciban formación religiosa y moral.

Recuerda de esta forma el artículo 27 de la Constitución, que reconoce la libertad de enseñanza.

Y la organización Escuelas Católicas (EC) opina que las propuestas electorales del PSOE suponen "atentar" contra el derecho de los padres a elegir el tipo de educación que quieren para los hijos y "atacar" a la enseñanza concertada católica.

Lo que sí está claro es que la asignatura de religión vuelve a ser "la alumna más popular" en campaña electoral.