El Gobierno y el extesorero del PP Luis Bárcenas negaron ayer cualquier credibilidad a una supuesta confesión del presunto cabecilla de la trama Gürtel, Francisco Correa, difundida el miércoles por la noche, en la que se presenta como el comisionista por excelencia del PP. Correa asegura que Bárcenas entró en contacto con él en 1996 -el año de la llegada de los populares al Gobierno de la mano de Aznar- para pedirle que fuera intermediario ante los constructores, a los que tenía que cobrar comisiones oscilantes entre el 2% y el 3%.

"Se trataba de adjudicar obras a los empresarios a cambio de que abonaran un porcentaje que yo recaudaría en beneficio de Luis Bárcenas", dice el texto publicado por el digital diario.es, quien precisa que Correa pretendía utilizar esa confesión para lograr una rebaja de su condena.

En una entrevista televisiva, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, consideró que la supuesta confesión de Correa, tiene "poco fundamento", puesto que lo que pretende es, en el marco de su estrategia de defensa, exculparse o diluir su responsabilidad buscando culpar a otros y sin presentar ninguna prueba.

"Son declaraciones de una persona acusada de múltiples delitos y que tiene un futuro penitenciario complejo", dijo el ministro, quien añadió que Correa pretende atribuirse una "condición instrumental y no decisoria". "Pero eso hay que probarlo, no basta con decir que me dijeron que cometiese un delito y yo no quería pero lo hice", añadió Catalá.

Por su parte, Bárcenas negó "rotundamente" a través de sus abogados la veracidad de las "supuestas" confesiones de Correa, que, según los letrados, "le relacionarían falsamente en unos hechos en los que no ha tenido participación alguna".

Los abogados añaden además que el propio Correa ha desmentido algunos aspectos de la información, como, por ejemplo, que hiciera llegar al director del diario.es un ejemplar de la confesión en la que se inculpa como comisionista.