El líder del PSOE, Pedro Sánchez, llamó ayer a los partidos a recuperar "el espíritu de generosidad y de compromiso" de la Transición para consensuar desde el diálogo la reforma de la Constitución que ese mismo periodo permitió alumbrar y garantizar, con su renovación, un marco de convivencia para las próximas décadas.

Arropado por los barones de su partido, Sánchez presentó en Madrid la propuesta de revisión de la Carta Magna de 1978 con la convicción de que es la solución "a la confrontación y división que hoy se vive en Cataluña".

El secretario general socialista reconoció que será "un camino difícil, largo y seguramente duro", pero aclaró que "el consenso no es el punto de partida, sino el fruto, intenso y generoso, de un proceso de diálogo, de aceptaciones y de renuncias recíprocas".

A la vista del desafío soberanista en Cataluña, advirtió al PP, reacio a la reforma, "de que no se entendería una negativa de principio a abordarla", cuando es "la vía racional, positiva, integradora, institucionalmente equilibrada, realista y plenamente democrática para construir el espacio político que necesita España".

La reforma se articula en torno a cinco ejes: reordenar el diseño territorial, mejorar la calidad democrática, reconocer nuevos derechos y libertades, blindar el estado social y resaltar los vínculos con la UE y con Iberoamérica.

Alemania o EE UU

Tomando como referencia la experiencia de Alemania o EE UU, Sánchez justificó el modelo federal que defiende su partido en que es la mejor fórmula para "reconocer, respetar e integrar la diversidad y las singularidades de los territorios".

La propuesta de los socialistas aboga por clarificar la distribución de competencias; convertir el Senado en una auténtica cámara de representación territorial; establecer mecanismos de cooperación entre regiones y sentar las bases de un nuevo sistema de financiación.

En el documento se cataloga la sanidad como un derecho fundamental, blinda el Estado del bienestar para que no haya recortes en la educación, la dependencia y las pensiones e incluye el derecho a un "ingreso mínimo vital" para familias con pocos recursos.

Otro aspecto destacado es la instauración del carácter laico del Estado y la eliminación de la Constitución de la referencia que se hace a la Iglesia Católica.