Mariano Rajoy llamó ayer a la unidad "a todas las fuerzas políticas y sociales" para hacer frente al desafío independentista catalán, un día antes de recibir en la Moncloa a los líderes de Ciudadanos, Albert Rivera, y Podemos, Pablo Iglesias, para ampliar el bloque contra el secesionismo que se gestó el miércoles tras la reunión con el líder del PSOE, Pedro Sánchez.

En el primer mitin de la precampaña, en Cabra (Córdoba), el jefe del Ejecutivo abogó por defender la unidad de España actuando "con proporcionalidad, inteligencia y legalidad", para así hacer frente a quienes "quieren liquidar la ley". "Si en algún momento un país tiene que estar junto es hoy", prosiguió Rajoy al reclamar a los demás partidos y a todos los que se "sientan españoles" que ayuden a frenar las pretensiones de los secesionistas.

Reconoció que el problema de Cataluña es uno de los dos asuntos "capitales" para los españoles, junto con "la vida de la gente" y la necesidad de seguir creando empleo, no obstante lo cual pidió tranquilidad: "Os aseguro que esto va a terminar bien. Lo malo es que ha empezado mal, pero os aseguro que terminará bien".

Rajoy recibe hoy en la Moncloa a Rivera y a Iglesias; a este último, después de que así se lo pidiera Sánchez, lo que fue presentado por la dirección de Podemos como una "rectificación".

Se entrevistará con el presidente del partido naranja antes de comer y con el del partido morado después. Rivera avanzó ayer que propondrá a Rajoy un pacto para garantizar que "gane quien gane el 20-D España ni se toca ni se rompe", una propuesta que trasladará también a Sánchez.

Por la tarde recibirá a Iglesias, quien adelantó a la prensa que trasladará al presidente del Gobierno su propuesta para lograr cinco grandes acuerdos que blinden en la Constitución el derecho a decidir, un nuevo sistema electoral, los derechos sociales, la independencia judicial y medidas contra la corrupción.

En este contexto, IU y UPyD se quejaron de que Rajoy no les haya convocado, de momento, a una reunión, aunque el candidato de IU, Alberto Garzón, no lo descarta "en absoluto".

Y, entre tanto, en un artículo en "Le Monde", Artur Mas, admitió que una transición hacia la independencia sin diálogo "no es deseable para nadie" y abogó por hacer el camino hacia la secesión con "nuestros vecinos y aliados para asegurar una transición progresiva y sin enfrentamientos".