Un grupo de radicales quemó en la madrugada de ayer ocho autobuses de la empresa de transporte público Bizkaibus, en un sabotaje provocado para exigir la excarcelación del preso etarra enfermo Ibón Iparagirre.

En el lugar del ataque, las cocheras del polígono industrial de Ugaldeguren, en Derio (Vizcaya), cerca de Bilbao, aparecieron una garrafa de gasolina, restos de un petardo usado para provocar el fuego y pasquines reclamando la puesta en libertad del recluso de la banda terrorista.

Según fuentes de la Diputación de Vizcaya, de la que depende Bizkaibus, el coste total de los autobuses quemados es de dos millones. El precio mínimo de cada autobús es de 250.000 euros, aunque es mayor en algunos modelos.

El ataque mereció la condena de todos los partidos, incluido Sortu. El partido de la izquierda abertzale expresó su "rechazo" a la quema de los autobuses.

En un escueto comunicado, opinó que "este ataque se enmarca fuera de la estrategia de la izquierda abertzale y sólo beneficia a aquellos que pretenden perpetuar el conflicto, es decir, a aquellos que vulneran a diario los derechos de los presos".