El líder socialista, Pedro Sánchez, ofreció ayer su "mano tendida" a la sociedad catalana para "todos unidos reafirmar la convivencia y la concordia" y construir un futuro "para la mayoría". Sánchez, que reiteró su apoyo al Gobierno en la actual crisis catalana, marcó sin embargo distancias al afirmar que los problemas que sufren los catalanes son iguales a los del resto de los españoles y que la responsable de ellos es "la derecha", la de Rajoy y la de Mas.

El secretario general del PSOE mandó un mensaje de "confianza" a toda la sociedad española y condenó con firmeza la actuación de aquella "parte del Parlamento catalán" que está "dispuesta a situar a Cataluña fuera de la legalidad" y a "dividir por identidades a una sociedad abierta y profundamente plural".

Con perfil claro de candidato a La Moncloa, Sánchez insistió en que España no necesita "soluciones cortas y miopes", sino "luces largas" porque lo que está en juego es "el presente y el futuro de varias generaciones". Sánchez criticó la actitud y las políticas de los Gobiernos central y catalán durante estos cuatro años. Fue ahí cuando subrayó que los problemas ciudadanos son los mismos en Cataluña que en toda España y atacó al presidente catalán en funciones, Artur Mas, por decir que las preocupaciones catalanas se acabarían saliendo de España.

"Todo mentira", remachó, para luego subrayar que "la precariedad y la desigualdad" que sufren los españoles son "consecuencia de la reforma laboral y de los recortes del Estado del bienestar", apadrinados por el Gobierno de Rajoy y apoyados por el de Mas.

Sánchez se reunió por la tarde con los "barones" socialistas, encabezados por el presidente del Principado, Javier Fernández, y por la presidenta andaluza, Susana Díaz. Tras la reunión, en la que también participó el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, Javier Fernández explicó que los "barones" cierran filas de modo unánime en torno a Sánchez en el apoyo al Gobierno en defensa del Estado de derecho.

Fernández evitó pronunciarse sobre una hipotética aplicación del artículo 155 de la Constitución, que prevé la suspensión de la autonomía, y se remitió a las palabras del Sánchez, quien habló de proporcionalidad. "Y ese es el verbo que hay que conjugar y hacerlo bien", añadió.

En una línea opuesta, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, rechazó el recurso del Gobierno al TC y lo calificó de "búnker", al igual que a quienes lo apoyan, en alusión a PSOE y Ciudadanos. "Algunos actúan como ese búnker que en la transición trató de frenar cambios inevitables", dijo Iglesias, quien añadió que "hablar de prohibiciones en 2015 es un despropósito propio de otras épocas".

El candidato de IU a La Moncloa, Alberto Garzón, manifestó comprensión ante el recurso al TC, porque "hay que cumplir la ley", pero pidió diálogo entre todas las fuerzas políticas para construir un Estado federal.