El bloqueo en el que ha entrado el soberanismo catalán, por la negativa de la CUP a respaldar con sus votos la investidura de Artur Mas como presidente, aviva las tensiones entre las dos fuerzas más significadas en el empeño independentista.

El cabeza de lista de Democracia i Llibertat -la marca electoral de CDC- en las elecciones generales, Francesc Homs, manifestó ayer que irá a Madrid con ánimo de "dialogar, negociar y pactar, tras constatar que el independentismo carece de fuerza para sacar adelante sus propuestas. Según Homs, las elecciones del 27 de septiembre han demostrado que "en Cataluña el independentismo tiene una fuerza muy importante pero no suficiente para imponer unilateralmente sus posiciones, ni tan débil como para prescindir de él sin ni tan siquiera hablar".

Con cerca de un 48 % de votos para las dos candidaturas independentistas que se presentaban en los comicios del 27S, Junts pel Sí y la CUP, Homs percibe "fuerza para iniciar el proceso" hacia la independencia, "pero no para finalizarlo". Sobre las negociaciones con la CUP para la investidura del nuevo presidente de la Generalitat, Homs advierte de que "si 10 diputados pretenden imponer su programa" a los 62 de Junts pel Sí, las conversaciones "no tienen recorrido y es mejor ir a elecciones".

Para la vicepresidenta del Govern, Neus Munté, el escenario de un nuevo llamamiento a las urnas en Cataluña no está en el horizonte. Para Munté, todavía es posible alcanzar un acuerdo con la CUP, aunque urge una "respuesta definitiva" a la oferta de Mas. Pese a las plabras de Homs, la vicepresidenta ha negado que exista un "cambio de estrategia".

Iceta se ofrece

En cuanto al ofrecimiento del primer secretario del PSC, Miquel Iceta, como socio alternativo para hacer posible la investidura de Mas si deja de lado su apuesta independentista, Munté ha advertido de que "este Govern no quiere aparcar un mandato surgido de manera mayoritaria" en las elecciones del 27S.

La propuesta de Iceta recibió ayer el respaldo del líder del PSOE Pedro Sánchez quien manifestó su propósito, tras el 20D, de convencer a Mas de que desista de la vía independentista y acepte la alternativa que le ofrecen los socialistas de construir un gobierno de unidad catalanista y progresista.

En una línea similar, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, pidió ayer al presidente en funciones de Cataluña que abandone su afán de "delirio independentista", que busque "otras opciones" para su investidura al margen de la CUP, y "no juegue" con los intereses de los ciudadanos.