El líder de Podemos, Pablo Iglesias, dejó ayer en el camino dos de la señas de identidad de su mensaje político: la necesidad de abrir un período constituyente para elaborar una nueva Carta Magna y las críticas a la Transición como proceso que abrió la continuidad del franquismo.

Iglesias, quien ayer volvió como político a las aulas de la Universidad Autónoma de Madrid que frecuentara como profesor, admite ahora los avances que supuso la Constitución de 1978, que tiene "elementos positivos". Ya no habla de proceso constituyente porque tiene dudas de que la mayoría social quiera una nueva Carta Magna, aunque sí cree que esa mayoría reclama cambios. "Si después se sigue llamando Constitución del 78 reformada nos da igual", ha dicho Iglesias justo un año después de que el 15 de noviembre de 2014, nada más ser proclamado secretario general de Podemos, apostara por un proceso constituyente para "abrir el candado del 78".

Frente a su antiguo discurso, el líder de Podemos ha considerado que la Constitución supuso "notables avances" y que todavía ofrece un marco suficiente para celebrar un referéndum en Cataluña a través del artículo 92. Dicho artículo, que establece la posibilidad de celebrar referéndum consultivos para que los ciudadanos se pronuncien sobre asuntos de especial trascendencia, podría servir, según Iglesias, para articular la consulta simultánea que Podemos propone en toda España sobre la reforma constitucional y, en Cataluña, sobre la independencia.

Iglesias reconoció que la transición fue un "éxito político", que logró un enorme consenso social, y "notables avances" en el sistema político y constitucional y en materia de derechos civiles y sociales. No obstante, ha añadido que ha llegado el momento de acometer avances constitucionales que permitan racionalizar y superar las dificultades que "hace cuarenta años los cuadros de la dictadura no permitieron".

Esos cambios necesarios, ha explicado, son los que Podemos ha planteado en su propuesta de "cinco garantías constitucionales" para blindar en la Constitución un sistema electoral más proporcional, los derechos sociales y medioambientales, la independencia judicial, la corrupción prohibiendo las 'puertas giratorias' y la cuestión territorial.

No está entre sus prioridades, sin embargo, abrir el debate sobre el modelo de Estado, aunque defiende que las grandes responsabilidades tengan que pasar siempre por las urnas, "para empezar la Jefatura del Estado". Pese a ello, argumentó que ahora el debate sobre cómo se elige al jefe del Estado no es una cuestión crucial para Podemos. Iglesias, confesó que hacía tiempo que no se sentía tan feliz como al volver a la universidad y explicó a los estudiantes que "hacer política significa ocupar la centralidad".