Un día después de la "asamblea nacional" de la CUP, que votó a favor de seguir negociando con Junts pel Sí (JxS) pero en contra de la investidura de Artur Mas, el portavoz parlamentario de los anticapitalistas, Antonio Baños, interpretó el dictamen de las bases con un "todo está abierto" que, lejos de aclarar las cosas, añade más confusión aún al largo y tedioso proceso de negociación.

Lo que sí hizo Baños fue descartar de plano que el líder de Convergència pueda ser investido de nuevo presidente de la Generalitat gracias a un "tamayazo", es decir, con el desmarque de una porción de los diez diputados de la CUP (sólo necesita el sí de dos).

Desmintió, así, informaciones que apuntan a que tres parlamentarios anticapitalistas estarían ya dispuestos a votar a Mas y recalcó que todos respetarán el mandato de la asamblea. "Lo que queramos personalmente cada uno de los diez es irrelevante, cumpliremos el mandato de la gente", aseguró.

Sin embargo, restó importancia a la votación del domingo en Manresa (Barcelona), en la que 823 militantes y simpatizantes de la fuerza anticapitalista rechazaron a Mas como candidato y exigieron uno "de consenso".

"No ha cambiado nada", explicó, porque la votación de anteayer sólo sirvió para "sondear" la opinión de las bases. La decisión final se tomará en otra "asamblea nacional", aún sin fecha pero que probablemente se celebre en la segunda quincena de este mes.

"Todas las opciones están abiertas", incluso la de acabar apoyando la investidura de Mas, si así lo decide ese cónclave, explicó el portavoz de la CUP. "No lo queremos de presidente, en principio no debería ser presidente", añadió, con ambigüedad, después. Pero la negociación continúa, y "si se llega a acuerdos sobre el qué, el cómo y el cuándo" del proceso hacia la independencia podría llegarse también a un acuerdo en torno al "quién". "Sólo faltaría que la CUP redujese su acción política a un nombre", resaltó Baños, antes de dejar muy claro que se tomaría la convocatoria de unas nuevas elecciones anticipadas como "un fracaso personal".

Esa opción, asumir ya que es preciso ir a otras elecciones, fue la segunda más votada en la asamblea "cupera" del domingo, con 574 sufragios. Y por ese mismo escenario se inclinaron ayer los líderes de varios partidos.

Así, la de Ciudadanos (C's), Inés Arrimadas, que exigió a Mas que asuma su "fracaso". "Lo único digno que puede hacer en este momento es dimitir" y no "someterse a más negativas de la CUP". "Vayamos a unas nuevas elecciones, logremos una nueva mayoría y volvamos a la senda de la democracia", propuso.

En parecidos términos, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, consideró que el dictamen de las bases de la CUP conduce a "un ridículo y a un desprestigio" de la Presidencia de la Generalitat y, además, hace que "la posibilidad de unas elecciones en marzo se vaya abriendo camino".

Iceta volvió a recurrir al símil de la "rifa" del cargo; pero para arremeter contra Mas, ya que no tuvo reparos en reconocer que la CUP está actuando con "coherencia". Y agregó: "Lo extraño es que Mas pensara que podía ser investido con su apoyo".

En la misma línea, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, pidió a Mas que se vaya "a su casa" por "dignidad política". Y el líder de Unió, Josep Antoni Duran, le sugirió que pacte con otras fuerzas y no porfíe en su "irresponsabilidad mayúscula".