El comité federal del PSOE aprobó ayer por una amplia mayoría la resolución en la que se acuerda que el secretario general socialista, Pedro Sánchez, pueda intentar la formación de gobierno con Podemos y otros partidos de izquierda si el PP fracasa en su intento de lograr una mayoría para investir como presidente a mariano Rajoy. Con una "condición indispensable": los potenciales socios del PSOE han de renunciar a "consultas o separatismos que buscan el enfrentamiento" y que "sólo traerán mayor fractura a una sociedad ya de por sí dividida". El texto tuvo el apoyo de la práctica totalidad de los 250 miembros del máximo órgano entre congresos del PSOE, con la excepción de los cuatro representantes de la corriente Izquierda Socialista, que votaron en contra.

Las tres páginas de la resolución del comité federal son el resultado de seis horas de intensa reunión marcada por la pretensión de los barones territoriales del PSOE de restringir al máximos la capacidad de maniobra de Sánchez ante una posible negociación para formar un "gobierno de cambio" alternativo al PP. En la reunión se dirimía no sólo la futura estrategia socialistas ante la situación de bloqueo institucional que dejan los resultados de las recientes elecciones sino también se reabre el cuestionamiento del liderazgo de Sánchez.

La resolución deja claro que el PSOE no apoyará la investidura de Mariano Rajoy, ni de ningún otro candidato del PP, y que sólo en el caso de que los populares no consigan una mayoría, Sánchez tratará de fraguar un consenso para llegar a la Moncloa. En su intervención ante el comité federal, el candidato socialista se comprometió a no buscar un gobierno "a cualquier precio" y a no negociar ningún acuerdo que ponga en peligro la integridad territorial de España. Sánchez defendió como su "legítima responsabilidad" buscar una nueva mayoría "progresista y de izquierdas" para conformar un gobierno "firme y estable". Ante la presión de los barones, les recordó que muchos de ellos gobiernan gracias a los pactos con Podemos y Ciudadanos alcanzados porque la ejecutiva federal dejó vía libre a a esos acuerdos."Vuestra experiencia me será muy valiosa", manifestó el secretario general ante el comité para dar un toque positivo a su recordatorio.

La presidenta andaluza, Susana Díaz, se felicitó del mandato dado a Sánchez para hablar con Podemos. "Antes de sentarnos a negociar, Pablo Iglesias tiene que renunciar a su referéndum vinculante en Cataluña. Ha quedado claro". Pero ese permiso resulta poco menos que inútil, tal y como hicieron ver algunos dirigentes que mostraron sus reservas respecto a que el PSOE, con sólo 90 diputados, pueda gobernar sosteniéndose en varios partidos. El más directo fue el presidente de Castilla-LaMancha, Emiliano García-Page, quien entre repetir elecciones o que Sánchez sea presidente, considera más probable la primera hipótesis. El presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, considera "muy difícil un cambio de izquierdas en España" porque "no dan los números". PSOE (90) y Podemos (69) suman 159 escaños, por lo que para llegar al listón de la mayoría absoluta (176), necesitaría el respaldo de otros partidos, como IU, PNV y ERC.

Las nuevas elecciones serían "la última de las opciones" y provocarían un "bloqueo político" que "es lo más dañino" para España, según expuso ayer Sánchez. Consciente del malestar de muchas federaciones por el mal resultado de las elecciones, el secretario general del partido hizo autocrítica al admitir que el PSOE no puede conformarse con quedar segundo. "No lo logramos y asumo toda la responsabilidad", señaló. Pese a ello, en caso de nuevos comicios generales, Sánchez ha anunciado ante los barones que su aspiración es repetir como candidato y que pugnará en unas primarias si se presentara otro rival.

La resolución del comité federal incluye además las cinco líneas maestras en las que se sustentará la búsqueda de acuerdos con otras fuerzas, orientadas sobre todo a revertir los efectos de las reformas del PP.