La decisión de la cúpula estatal de Podemos de liquidar la dirección del partido en Galicia y constituir una gestora lejos de desatascar la grave crisis interna que atraviesa la formación morada en la comunidad autónoma ha enquistado aún más el problema. Su secretario xeral, Breogán Riobóo, se ha atrincherado en su cargo y se niega a dimitir o convocar primarias para renovar liderazgo -la disolución del Consello Cidadán Galego no conlleva la destitución del número uno del partido-. Ante esta actitud, el diputado Antón Gómez Reino, muy cercano a Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, junto a la también parlamentaria Ángela Rodríguez, le piden que "no se aferre" al cargo y lo acusan de "cerrazón al diálogo".

Riobóo mantiene desde hace meses un pulso con el sector de Antón Gómez Reino, uno de los hombres fuertes de Pablo Iglesias en Galicia y que se visualiza como posible relevo al actual secretario xeral. La pugna interna se evidenció ya tras el 20-D con la decisión de Riobóo de apartar a Gómez Reino y Ángela Rodríguez de la ejecutiva con el argumento de que debían centrarse en su actividad como diputados de En Marea en el Congreso. Pero fueron sobre todo las palabras del secretario xeral de Podemos Galicia cuestionando la alianza creada con Anova e IU para concurrir a las elecciones lo que desató la guerra interna y le valió incluso los reproches de Pablo Iglesias.

Empezaron las dimisiones y ceses en cascada hasta el golpe de gracia: diez miembros del Consello Cidadán, entre ellos Gómez Reino, Ángela Rodríguez y el senador José García Buitrón, presentaron su dimisión. Esto obligó a disolver este órgano de dirección y anunciar la creación de una gestora.

Sin embargo, la decisión adoptada por la cúpula estatal no incluye el cargo de secretario xeral, que es además quien tiene la potestad para convocar primarias. Solo en última instancia la dirección nacional del partido podría convocar elecciones para renovar el liderazgo. Y Riobóo se niega de momento a dejar el cargo. "Yo ya fui escogido", alega. Además denuncia que todo ha sido una operación orquestada desde Madrid. "Es curioso que la dirección nacional supiera el 8 de febrero que los diputados de En Marea y su senador iban a dimitir al día siguiente", denunció.

Acusaciones

El líder gallego de Podemos acusó al sector de Gómez Reino de "vaciar de funciones el Consello Cidadán", "saltarse los estatutos" y "crear estructuras paralelas a los órganos que forman el partido".

La diputada pontevedresa Ángela Rodríguez asegura que "por supuesto que sí" ha sido una decisión hablada con la cúpula estatal. "Hablada e informada. Nosotros lo que no queríamos es que continuase la situación de parálisis e inmovilismo y pensámos que esto era un paso que se podía dar para desbloquear la situación", explica.

Gómez Reino no oculta las discrepancias con Breogán Riobóo. "Hay una parte importantísima de inscritos en Galicia que no concuerdan con la línea discursiva del actual secretario xeral. No habría que continuar con este ruido que no ayuda a nadie. No ayuda al cambio en Galicia ni al cambio en las autonómicas", apunta.

Desde la cúpula estatal explican que "lo lógico" es que Riobóo dimita puesto que además al nombrar una gestora sus atribuciones quedan mermadas. No podrá hacer nombramientos ni destituciones y tendrá que consensuar todos los posionamientos políticos, lo que incluye la decisión sobre una posible confluencia con Anova y EU de cara a las autonómicas. En caso de que Riobóo no deje su cargo, la dirección de Podemos podrá forzar unas elecciones primarias, pero esa posibilidad "aún no está sobre la mesa", aseguran.