El debate de investidura concluirá el viernes con la segunda votación en lugar del sábado, como estaba previsto en el primer calendario del presidente del Congreso Patxi López. La amenaza del PP de recurrir al Constitucional si no se cumplía el plazo estricto de las 48 horas que legalmente han de mediar entre la primera y la segunda votación hizo que ayer se cerrase la nueva fecha.

El PP mostraba ayer su satisfacción por haber obligado al presidente del Congreso, Patxi López, a rectificar su decisión inicial sobre el ordenamiento del debate de investidura para que cumpla con lo establecido en el Reglamento de la Cámara. La secretaria primera de la Mesa del Congreso y presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, señaló que su partido "ha tenido que ir marcando los tiempos, y eso ha supuesto que Patxi López haya tenido que ir rectificando y se adecue no a lo que pide el PP, sino a lo que pide el Reglamento del Congreso". Sánchez Camacho lamenta la ordenación del debate y defiende que habría sido mejor que el candidato a presidente interviniese hoy por la mañana y no por la tarde, como va a ocurrir, porque todo se habría desarrollado "con mayor orden y sentido común".

También Podemos

Podemos también se sumó ayer en la Mesa del Congreso a la exigencia popular de que la segunda votación sea el viernes y comparte el disgusto por un formato de debate que permite a Pedro Sánchez acaparar la primera jornada de la sesión sin que intervengan los demás portavoces.

En esa sesión del viernes, los tiempos de intervención se reducirán respecto al miércoles, cuando dispondrán de media hora de exposición y cinco minutos en las réplicas. El viernes, Sánchez tendrá sólo diez minutos y cinco el resto de los portavoces.

Podemos quiere retomar las conversaciones con el PSOE tras lo que considera una fracaso previsible de su líder. "Hay vida más allá de esta semana", dijo ayer el portavoz de la formación morada en el Congreso, Íñigo Errejón, quien lamentó que se haya perdido una semana en un intento baldío.