La trayectoria de Arnaldo Otegi antes de asumir en 1997 el liderazgo de la izquierda abertzale es de la de un hombre vinculado desde joven al nacionalismo vasco radical. Nacido en Elgoibar (Guipúzcoa) en 1958, en 1977 huyó a Francia tras tenerse constancia de su implicación en distintos ataques cometidos por ETA Político-Militar, también conocida como ETA-pm.

ETA Político-Militar fue el resultado de la escisión dentro de ETA en los años 70. Los partidarios de combinar la acción terrorista con la política se integraron en ETA-pm, mientras quienes eran más partidarios del empleo de la violencia se agruparon en ETA Militar. ETA-pm quedó disuelta en 1986 tras una intensa campaña policial y el rechazo de la violencia por parte de muchos de sus miembros.

En esta última rama militó Arnaldo Otegi desde finales de los años 70. Aunque sobre Otegi nunca han pesado delitos de sangre, sí se le han atribuido responsabilidades en varios secuestros. En febrero de 1979, Otegi formó parte de un comando que secuestró a Luis Abaitua, director de la fábrica de Michelín en Vitoria. La planta de la empresa francesa estaba envuelta en constantes conflictos laborales por aquella época. El comando exigIÓ que la fábrica atendiera las demandas de los trabajadores, en cuyo caso contrario Abaitua sería ejecutado.

El directivo permaneció diez días retenido en un zulo y posteriormente fue liberado por sus secuestradores. En 1989 Otegi fue condenado a seis años de cárcel, de la que salió en libertad provisional en 1990 tras haber cumplido la mitad de la condena, ya que había sido detenido en 1987. En 1991, y hasta 1993, volvió a ingresar en prisión para cumplir el resto de la pena por el secuestro de Abaitua.

No obstante, a Otegi se le asocia con dos secuestros más, en ambos casos de políticos. La etarra Françoise Marhuenda acusó a Otegi del secuestro, diez años años, del entonces secretario general de UCD Javier Rúperez, retenido durante 31 días por la banda terrorista. No obstante, al no poder reconocerle Rúperez como uno de sus captores, Otegi fue absuelto posteriormente. "Otegi es un monstruo, un terrorista que me secuestró y jamás pidió perdón a sus víctimas", ha dicho en los últimos días Rúperez. Asimismo, en 1990, Otegi fue acusado y también absuelto del intento de secuestro del diputado de UCD Gabriel Cisneros, uno de los redactores de la Constitución española.