El secretario general de UGT, Cándido Méndez, se ha despedido este miércoles con una reivindicación de la labor sindical y con apenas autocrítica, aunque con el reconocimiento de que se han cometido errores y no se puede volver a fallar en la gestión del dinero del contribuyente y del afiliado.

Durante la jornada de apertura del 42 Congreso Confederal, Méndez ha dedicado también buena parte de sus palabras a la situación política, con referencias implícitas a Podemos, partido al que ha afeado su incapacidad para sumarse a un pacto que permita derogar la política económica de la legislatura del PP.

En clave interna, Méndez ha dicho que la organización tiene que ser "extremadamente cuidadosa" en la gestión y el control de sus fondos, porque las normas son "frágiles", y ha hecho hincapié en que el sindicato no puede cometer más errores.

En referencia a los escándalos de los ERE en Andalucía o de los fondos de formación, ha reconocido que en el sindicato ha habido actitudes reprobables, pero que tiene la confianza de que no ha habido "ilegalidades" ni "dolo", sino "más bien irregularidades, opacidades o falta de transparencia".

Se ha mostrado confiado en que "la verdad" restablecerá la buena imagen de UGT, donde ha recordado que no ha habido imputados que se mantuvieran en el cargo, porque han dimitido antes, al tiempo que ha incidido en que los enemigos del sindicato no tienen límites en sus ataques.

No obstante, ha admitido que los errores del sindicato, junto con la crisis, le ha costado a UGT la pérdida de un 3 % de afiliados.

De sus visitas a las empresas, los mejores momentos que dice haber vivido en el sindicato, Méndez asegura haber aprendido que las bases son mucho más fuertes que los órganos de dirección y que siempre ha habido más renovación por abajo que por arriba.

También ha aprovechado su discurso para certificar que España vive una situación política "inédita". "La mayoría absoluta ha muerto, ¡viva el diálogo, el pacto y la transacción!", ha proclamado.

El secretario general, que ha reconocido que todavía hoy después de 22 años tiene "temblores" en las piernas y la voz al hablar en público, ha explicado que con este mensaje pretende introducir un "cambio de rumbo" en la política española "sin ningún tipo de matices".

El líder sindical ha instado a los políticos a que hagan como los sindicatos y que se pongan en el lugar del interlocutor, ya que si ellos hubieran comenzado una negociación con descalificaciones nunca habrían llegado a acuerdos en materia salarial o de pensiones con la patronal.

"Esa situación, en general, no funciona", ha querido transmitir Méndez a los partidos políticos que desde el 20 de diciembre intentan formar Gobierno.

"Sinceramente ni UGT ni CCOO hemos utilizado la técnica de los cordones sanitarios, porque a nuestros interlocutores nunca les hemos considerado como contaminados", ha dicho en alusión a la estrategia negociadora de Podemos.

En su opinión, eso ha permitido una cultura de diálogo y consenso social en el ámbito laboral que sigue siendo fundamental y que permite avances.

En esa línea de mensajes políticos, el secretario saliente ha comentado que "hay partidos que están en edad de desaprender viejos hábitos y partidos que necesitan aprender" y ahí, implícitamente, ha pedido a los partidos emergentes que sean capaces de generar "una nueva cultura" de pactos ante esta situación inédita.

Méndez ha abogado asimismo por la regeneración democrática y ha sido rotundo cuando ha pedido que se derogue inmediatamente la reforma laboral y se repongan derechos a los trabajadores.

Además, ha reclamado una reforma de la Carta Magna "dentro de la Constitución", porque ha reconocido que "es magnífica y se siente protegido con ella", por lo que cualquier cambio debería hacerse con la participación del conjunto de los españoles.

Su posición se enfrenta a la del candidato a secretario general y líder de UGT en Cataluña, Josep María Álvarez, partidario del derecho a decidir de los catalanes.

De hecho, Álvarez, que se presenta como favorito, ha llegado al 42 Congreso expresando el malestar de la delegación catalana por las últimas declaraciones de Méndez en las que auguraba que el independentismo podría romper la caja de la Seguridad Social.

No obstante, Álvarez ha dicho que la delegación catalana es "generosa" y no iba a votar en función de las declaraciones "de los últimos 5 minutos", insinuando así que la delegación catalana votará a favor de la gestión de Méndez.