El reconocimiento de que el déficit público tuvo una desviación superior al 5 por ciento del PIB (Producto Interior Bruto) el año pasado, casi un punto por encima de lo autorizado por Bruselas, complica un acuerdo de Gobierno entre PSOE, Ciudadanos y Podemos en el que la formación morada quiere incluir un incremento del gasto público de 60.000 millones de euros.

El acuerdo de PSOE y Ciudadanos prevé un incremento de gasto social de 7.000 millones, que se cubrirían con diversas modificaciones fiscales, algo muy alejado de las pretensiones de Podemos. El partido de Pablo Iglesias lleva en su programa la propuesta de aumentar el gasto del Estado en 90.000 millones de euros hasta 2019, cifra que está dispuesto a reducir a 60.000 euros como muestra de buena disposición negociadora. Si antes ya resultaba complicado encajar en la propuesta cualquier alteración del gasto, la corrección de la desviación del déficit, en torno a 9.000 millones de euros de gasto público más de lo previstos, obligará a acometer nuevos ajustes al futuro Gobierno, con independencia del signo que tenga.

El déficit público estuvo ayer en el centro de los mensajes que se cruzan los partidos. El portavoz del PSOE en el Congreso, Antonio Hernando, pidió a Podemos que sea realista con el gasto social que defiende a la vista del déficit público que dejaría el gobierno del PP. Hernando asegura que el PSOE mantiene su compromiso de no hacer recortes en el gasto social en un futuro gobierno, pero ha instado a los partidos cuyo apoyo negocia a "tener los pies puestos en la tierra". "Pedimos a Podemos que sean realistas y tengan en cuenta la herencia envenenada que nos dejan Rajoy y Montoro".

El portavoz parlamentario del PSOE critica que el Ejecutivo del PP mintiera a la Comisión Europea (CE) sobre el dato del déficit público y que haya "insultado" al comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Pierre Moscovici, "por ser socialista francés".

Tras el Consejo de Ministros, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, replicó a la críticas del PSOE por el déficit atribuyendo la responsabilidad del desvío a otras administraciones reprochando a los socialistas la herencia recibida de la época Zapatero. " Lo que no puede ser es dejar un déficit de más del 9 por ciento en 2011 y ahora afear a un Gobierno que lo ha reducido a la mitad el desvío de otras administraciones". La vicepresidenta explicó que en 2011 el déficit del conjunto de las administraciones públicas era del 9,13 por ciento del PIB, mientras que ahora, tras "un gran esfuerzo" se ha situado en el 5,16. "Hemos reducido el déficit público del Estado más de lo que nos correspondía", defendió Sáenz de Santamaría.

En este escenario, PSOE, Ciudadanos y Podemos iniciarán la próxima semana reuniones a tres bandas. El proceso negociador no debe prolongarse más allá de dos semanas, según Albert Rivera, contrario a apurar el plazo disponible. El líder de Ciudadanos apuesta por un gobierno PSOE y su partido con una agenda reformista, que pueda recibir apoyos concretos del PP en asuntos económicos y de Podemos en los sociales. "Me parece lo menos malo", apunta Rivera, quien rechaza la fórmula de una tripartito, como propone el PSOE.

El rechazo a esa coalición a tres es la única coincidencia entre Ciudadanos y Podemos, cuyo secretario general, advirtió ayer al PSOE de que si no cede, y acepta explorar la posibilidad de un Ejecutivo "a la valenciana" integrado por fuerzas progresistas "no quedará más remedio que ir a elecciones". "Si nos vuelven a presentar lo mismo de la investidura fallida vamos a decir que no", sentenció Pablo Iglesias, quien asegura no temer una repetición de las elecciones "pero preferimos ceder y abrir la posibilidad de un gobierno de progreso".

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