El expresidente de la Comunidad Valenciana Francisco Camps ha declarado hoy que no tuvo ninguna intervención en la adjudicación de proyectos financiados con fondos públicos a Iñaki Urdangarin ni recibió directamente ninguna propuesta por parte del marido de la Infanta Cristina.

El expresidente de la Generalitat Valenciana Francisco Camps, quien durante más de una hora ha declarado como testigo en el juicio del caso Nóos, ha manifestado que participó en la inauguración de un congreso sobre turismo y deporte sin saber que se llamaba Valencia Summit, uno de los eventos organizados por el Instituto Nóos -lo que también ha asegurado que desconocía- y por cuyas tres ediciones la entidad percibió más de tres millones de euros a pesar de que su coste real habría sido de unos 900.000.

"Lo he sabido después", ha manifestado Camps, quien ha negado haber dado orden alguna en relación a este proyecto puesto que del mismo se encargaba la Ciudad de las Artes y las Ciencias (Cacsa), "un monstruo de una dimensión enorme". "Nunca he dado ninguna instrucción ni para que pongan una ópera en el palacio de las artes", ha incidido.

El expresidente ha recalcado de forma tajante que no tuvo "ninguna intervención" en los Summit e incluso ha señalado que no le dieron traslado de ninguna carta dirigida a él por Iñaki Urdangarin. En la misiva, el exduque de Palma le ofrecía la posibilidad de organizar una cumbre bajo el nombre Desafío Valencia, similar a los Summit.

Inquirido por si sabía que el marido de la Infanta Cristina estaba detrás de los Summit, Camps ha respondido tajante: "Si le dijese que sí podría quedar muy bien, pero no estaría diciendo la verdad". "No voy preguntando quién está detrás de los eventos. Nunca preguntó en concepto de qué acude la gente", ha espetado, recordando además que, como máximo mandatario valenciano, "personalidades como Urdangarin debía de recibir a centenares".

Camps ha negado asimismo haber participado en una reunión en el Palacio de la Zarzuela junto a la exalcaldesa Rita Barberá, el exduque y el exsocio de éste Diego Torres, asegurando que Urdangarin no le transmitió su deseo de poner en marcha los Summit. En concreto, el propio Torres presentó un escrito durante la instrucción de la causa en el que sitúa el encuentro el 29 de enero de 2004, casi nueve meses antes de que fuese firmado el convenio para la celebración de la cumbre.

Camps tilda de exótica una pregunta

Al ser interpelado por la letrada Virginia López Negrete, acusación popular en representación de Manos Limpias, sobre si le comentaron que en 2006 Urdangarin había abandonado Nóos -lo que hizo de manera supuestamente aparente-, Camps ha calificado la pregunta de "exótica", puesto que no siempre se le comunica que "alguien deja tal cosa". Esto ha llevado a la abogada a manifestarle que su pregunta "es de recibo, no hablemos de exotismos, por favor".

Por otro lado, Camps sí ha reconocido que en 2005 dio "impulso político" a la preparación de la candidatura de la Comunidad Autónoma en los denominados Juegos Europeos (JJEE), trabajos que recayeron en el Instituto Nóos por un total de 383.000 euros públicos a pesar de que no existen constancia de que éstos se llevaran a cabo.

A preguntas de la fiscal anticorrupción Ana Lamas, el exalto cargo del PP ha manifestado que sabía que Iñaki Urdangarin "estaba detrás" de la entidad, si bien ha precisado que "lo importante no eran Nóos ni Urdangarin, sino los JJEE".

Camps ha recordado que fue el exvicepresidente del gobierno valenciano Víctor Campos quien le habló "de alguien que tenía la voluntad de poner en marcha aquello", en alusión a este proyecto, que le pareció "interesante como me interesaban una depuradora, una carretera o un hospital". Posteriormente, el 27 de septiembre de 2005, el expresidente presentó la iniciativa en las Cortes Valencianas.

Sin embargo, ha asegurado que nunca ordenó que el expediente se tramitara "de una determinada forma", por lo que ha señalado desconocer por qué se ejecutó mediante un convenio de colaboración. El testigo ha recalcado que los trabajos se llevaron a cabo a pesar de afirmar que no realizó un seguimiento puntual del proceso. "No llevaba el seguimiento de los centenares de empresas que trabajaban para la Administración", ha sentenciado.

Valencia Summit

Se da la circunstancia de que, durante la instrucción de la causa, el juez José Castro apuntó a la existencia de indicios delictivos contra Camps y Barberá por su supuesta participación en las negociaciones previas a la firma del convenio del Valencia Summit. Al respecto, las acusaciones apuntan a la inadecuada elección de los cauces procedimentales a través de los cuales se contrataron los servicios de la Nóós, toda vez que se prescindieron los trámites obligados por la Ley.

En su relato, Castro aseveraba que "estas y otras irregularidades, sin merma de que algunas de ellas ya sean de por sí mismas delictivas, ponen de manifiesto que las contrataciones con el Instituto Nóos fueron estrictamente voluntaristas", recriminando cómo, ante esto, Camps y Barberá asentían verbalmente "a cuanto se les ofrecía, sin estudios previos ni viabilidad técnica ni de mercado, en marcos geográficos absolutamente impropios y orillando por completo las normas sobre las contrataciones públicas".

Mediante la exposición razonada que el magistrado elevó al Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana para proponer a esta instancia judicial que asumiera la competencia para instruir esta parte del caso Nóos, el juez apuntaba a la "decisiva e imputable intervención" de ambas autoridades, quienes debido a su entonces condición de aforados -por ser diputados en las Cortes- debían ser investigados por el TSJCV, que rechazó asumir las pesquisas.

La Fiscalía Anticorrupción apunta asimismo a que Nóos ya comenzó a trabajar en la organización del Valencia Summit "mucho antes" de que el convenio fuese suscrito, lo que evidencia, a su juicio, que la concertación de la Administración pública con la entidad entonces presidida por Urdangarin "ya estaba verbal y anticipadamente decidida".

Es más, el Ministerio Público sostiene que los firmantes del acuerdo -Nóos, Cacsa y la Fundación Turismo Valencia Convention Bureau- rubricaron el documento "sin que fuera precedido de ningún proceso de análisis de mercado, discusión o negociación, y que Nóos "ni tan siquiera se molestase en tratar de esbozar" el presupuesto del que sería beneficiario.