El exdiputado del PP Pedro Gómez de la Serna ha reconocido hoy que cobró 12.000 euros extras por un informe de 30 páginas cuando trabajó como asesor para la Fundación Arpegio, investigada en la trama Púnica, un encargo que cree que fue "barato" y cuyo importe se sumó a los más de 3.000 euros que percibía al mes.

En su comparecencia en la Comisión de investigación de corrupción que tiene lugar en la Asamblea de Madrid, ha explicado que su primer trabajo con la Fundación Arpegio fue en 2007, cuando elaboró un informe sobre la modificación de estatutos de la misma, para que ésta pasara de ser privada a pública.

Desde ese momento, percibió por sus trabajos en la Fundación 3.030 euros al mes durante cuatro años, aunque ha reconocido que en 2008 tuvo un ingreso extra de 12.000 euros por un informe de 30 páginas sobre el impacto de la Ley de contratos del sector público.

"Está en precio, es barato. Estuve dos meses haciendo este informe, dos meses", ha recalcado.

A partir de enero de 2011, ha indicado que bajó el volumen de trabajo de la Fundación y también su sueldo.

De la Serna ha subrayado que ha comparecido como asesor jurídico de Fundación Arpegio y no como político, aunque se ha referido al caso del supuesto cobro de comisiones en el extranjero, por el que se acogió el pasado miércoles a su derecho a no declarar en sede judicial.

"Surge de una extorsión, está montado con documentos y testimonios falsificados", ha dicho.

Sobre el objeto de la comparecencia, De la Serna ha afirmado que no tiene constancia de que hubiera pagos "sin control" en la Fundación Arpegio, investigada en la trama Púnica y que desapareció con la remodelación de los organismos públicos que la presidenta regional, Cristina Cifuentes, ordenó al llegar al Gobierno.

De la Serna ha negado que su asesoramiento fuera verbal y ha explicado que fue muy "variopinto".

En este punto, ha puesto como ejemplo convenios suscritos con la agencia antidroga de la Comunidad de Madrid y con la Fundación Genoma.

En todos los casos, ha explicado que su trabajo consistía en redactar los convenios y determinar desde el punto de vista legal si eran viables o no.

Por otro lado, ha asegurado que nunca vio al exconsejero Francisco Granados, que entonces era el presidente de la Fundación Arpegio, ya que sostiene que lo contrató, la directora gerente de la misma, Carmen Plata, sin que interviniera "nadie más".

En la sesión de este viernes también han comparecido el exsecretario del patronato de la Fundación Arpegio Francisco Esquivias y la exasesora de la Fundación Elisa de la Nuez, quien ha denunciado la falta de control en la selección de los proyectos, ya que asegura que eran "de su padre y de su madre".