Mariano Rajoy dejó ayer muy claro que prefiere llegar a un acuerdo con el PSOE que gobernar en minoría. Por lo tanto, a la pregunta que esta semana ha planteado el Círculo de Economía a los aspirantes a la Moncloa, el presidente en funciones respondió inequívocamente en favor de la "gran coalición", la misma opción que defendió después del 20-D.

En principio, Rajoy, que clausuró el foro celebrado en Sitges (Barcelona), respondió afirmativamente a la pregunta que les ha hecho a todos los candidatos el presidente del Círculo de Economía, Antón Costas. Pero enseguida precisó: "Dejar gobernar a alguien con ciento equis escaños, los que sean, se puede, pero es muy difícil".

Dicho esto, expuso que si los españoles le dan una mayoría amplia para gobernar, él lo intentará y, si no, reiterará su planteamiento de una gran coalición porque cree que no hacerlo sería "una auténtica insensatez".

Y lo sería, en su opinión, porque el país necesita insistir en el modelo y en la "fórmula" que él ha puesto en marcha los últimos años, la única que garantiza el "sueño" de España de formar parte del núcleo de países más avanzados de Europa y abrir un futuro de progreso y prosperidad.

Aprovechó entonces para anunciar que el crecimiento económico en el primer semestre de este año será superior que el registrado en el mismo periodo de 2015. Anuncio al que sumó su convencimiento de que "no va a haber ninguna suerte de multa" a España por parte de la Comisión Europea por no cumplir los objetivos de déficit.

Pero además de hacer halagüeños vaticinios, Rajoy arremetió contra las alcaldesas de Barcelona, Ada Colau, y Madrid, Manuela Carmena, por hacer "muchísimo daño a la economía" con algunas de sus decisiones.

Y respecto a la situación en Cataluña, el presidente del Gobierno en funciones volvió a garantizar a su homólogo de la Generalitat, Carles Puigdemont, que su disposición al diálogo "es total", pero al mismo tiempo le advirtió que no permitirá la celebración de "un referéndum que liquide la soberanía nacional".