El candidato del PSOE a la Moncloa, Pedro Sánchez, se declaró ayer convencido de que estará al frente del Gobierno tras las elecciones del 26-J. Pero sólo si las urnas se llenan con un "sí" al cambio, porque "el gran enemigo es la abstención".

Solamente hay un camino para que Mariano Rajoy no siga presidiendo el Gobierno, dijo Sánchez. Y a los que le hablan de una gran coalición les contestó que él ya se sometió en dos ocasiones a la investidura para desalojar al PP, de manera que "a la tercera va la vencida".

El secretario general del PSOE responsabilizó a Podemos, sin nombrar directamente a ese partido, de haber bloqueado el cambio. Pero señaló que ahora los españoles ya conocen a los candidatos y saben quién cumple y quién bloquea, quién quiere llegar al Gobierno para controlar el CNI y quién quiere transformar la sanidad y las pensiones.

Para el líder socialista, el próximo 26 de junio sólo hay dos opciones, elegir entre un gobierno de izquierdas, socialista, limpio y dialogante, o un gobierno regresivo, conservador y que recorta el Estado de bienestar.

Prometió que su gobierno pondrá fin a la precariedad laboral, garantizará la igualdad salarial entre hombres y mujeres, subirá el salario mínimo interprofesional y luchará contra el desempleo de larga duración, que afecta a 2,7 millones de personas.

Por eso pidió "a todos los socialistas de corazón, con o sin carné", que se unan "en torno al gran partido del cambio, que es el PSOE" y que el 26 de junio llenen las urnas "de puños y rosas" contra la abstención, que es el gran adversario.