La investigación sobre cómo se grabaron las conversaciones entre el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y el director de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso, lleva 24 horas en manos de la Policía que tiene abiertas "miles de hipótesis": desde un móvil hackeado a un micro oculto o, incluso, la grabación voluntaria.

"Todavía casi no se ha empezado a trabajar", señalan a Efe fuentes policiales sobre la investigación ordenada por el ministro del Interior al comisario general de Policía Judicial para averiguar las "circunstancias concurrentes" en el caso nada más conocer que el diario "Público" publicaba en exclusiva el martes los primeras grabaciones realizadas en el despacho del Fernández Díaz en octubre de 2014.

La gran nitidez del audio -apenas se escucha ruido ambiente- ya pone sobre la mesa diversas hipótesis de cómo pudieron grabarse las conversaciones, aunque todavía, recalcan las fuentes, no se puede determinar cuál es la principal sobre la que se centran los investigadores.

Bajo la lupa de los policías ya están algunas líneas de investigación, aunque pueden abrirse más a medida que avancen las pesquisas. Desde un micro instalado en el despacho del ministro, que alguno de los teléfonos móviles de los afectados hubiera sido hackeado o, incluso, que el propio De Alfonso hubiera grabado la conversación en su teléfono.

De todas ellas, algunas fuentes consultadas, apuntan con mayor posibilidad a la manipulación de algún móvil, en concreto, el del alto cargo catalán de Antifraude que ayer reveló que previamente había dejado a la Policía su terminal para averiguar si estaba pinchado.

"Mi teléfono fue monitorizado por miembros de la Policía Nacional y a partir de ahí, lo que no puedo presuponer en ningún momento es que a mí se me pueda introducir un 'software' grabadora", indicó De Alfonso, quien más tarde apuntó también la opción de un micro oculto en el despacho.

Expertos aseguran a Efe que, si se hubiera manipulado el teléfono, se le habría instalado un programa que permite manejar el aparato por control remoto, es decir, al igual que sucede con los ordenadores, una persona da permiso -puede no saberlo- para que desde otro móvil se maneje el tuyo.

Así, uno puede activar la grabadora del móvil ajeno o leer los mensajes, una opción que para los especialistas no es descartable, si bien, pone de manifiesto que quien instala ese programa es porque conoce perfectamente que se iba a celebrar una reunión.

Precisamente, ese es el método con el que se habría grabado la conversación entre agentes de Asuntos Internos y del CNI sobre el pequeño Nicolás en fechas similares, un asunto que ha enfrentado a buena parte de la cúpula policial y que, de momento, ha supuesto la imputación del comisario José Villarejo.

Pero las fuentes tampoco desdeñan la posibilidad de que De Alfonso, que también señaló ayer la posibilidad del micrófono oculto, hubiera grabado la conversación de forma voluntaria.

Y si hubiera sido así, consideran la opción de que posteriormente la hubiera filtrado él mismo o incluso de que otra persona le hubiera extraído del móvil todo el contenido y se hubiera apropiado de ella.

De hecho, el director del diario digital Público, Carlos Enrique Bayo, señala a Daniel de Alfonso como "muy probable autor" de la grabación.

A su juicio, "queda clarísimo que es él quien está grabando", porque parece un "audio selfie" en el que De Alfonso "está hablando para la grabación", dejando claro que "está dispuesto a hacer cualquier cosa para beneficiar los intereses" del ministro.