Varón joven de nacionalidad española y marroquí, casado y con hijos constituye el perfil sociológico del yihadista detenido en España por vínculos con la organización terrorista que se autodenomina Estado Islámico (EI), según un estudio del Real Instituto Elcano presentado este martes.

Si hasta 2012 la mayoría de los yihadistas detenidos en España eran individuos nacidos fuera de nuestras fronteras, en la actualidad ya hay tantos españoles (45,3%) como marroquíes (41,1%), revela el documento 'Estado Islámico en España' elaborado por los investigadores Fernando Reinares y Carola García-Calvo.

Dentro del colectivo autóctono, el 71 por ciento nació en las ciudades de Ceuta (48,9%) y Melilla (22,1%), precisa el informe.

En la presentación del informe, García-Calvo ha subrayado como uno de los elementos más novedosos de la investigación la incorporación de las mujeres en el perfil de los acólitos de la organización también llamada Daesh.

Más del 16 por ciento de los 124 detenidos en España desde junio de 2013 por vínculos con el EI son mujeres, en su mayoría solteras y con una media de edad de 22 años, lo que "encaja" con la estrategia de captación de jóvenes por parte de la organización para que acudan al califato a casarse con yihadistas y engendren hijos que garanticen la continuidad de la estirpe yihadista, ha señalado García-Calvo.

Del estudio también se desprende que uno de cada tres yihadistas detenidos en España formaba parte de células o redes con voluntad de atentar en el país.

Según el estudio, solo el 6% se implicó en las actividades relacionadas con el Daesh de forma solitaria y que únicamente dos de ellos tenían intención de desplazarse a Siria o Irak para cometer acciones armadas, pero no como lobos solitarios.

Tres de cada cuatro formaban parte de células que tenían enlaces organizativos con el Estado Islámico (EI) en Siria e Irak. Ocho de cada diez eran miembros de grupos que extendían su influencia a Marruecos y cinco de cada diez tenían a Turquía como país de tránsito para su desplazamiento a Siria e Irak.

La principal motivación para implicarse en esas actividades terroristas es de índole ideológica y utilitaria, es decir, se integran con la idea de la Yihad como imperativo religioso y con el convencimiento de la recompensa que recibirán más allá de su muerte en una acción suicida.