El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, afirmó ayer, al inaugurar la depuradora número 500 del Plan de Saneamiento de Cataluña, que "a cada cloaca le corresponde una depuradora, pero la cloaca del Estado, tristemente, no tiene quién la depure". El mandatario autonómico aludió así a la presunta "guerra sucia" del Estado y a la conspiración contra los partidos independentistas que se desprende de las conversaciones entre el ministro del Interior y el exdirector de la Oficina Antifraude que fueron filtradas a finales de junio.