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Objetivo, que Rajoy muerda el polvo

El PP empieza a asumir que el bloqueo del PSOE y C's obligará a su candidato a perder una primera sesión de investidura

Rajoy, tras reunirse con el Rey el pasado jueves. REUTERS

Mariano Rajoy y el PP empiezan a hacerse a la idea de que el bloqueo del PSOE y Ciudadanos va para largo. El plan de investir en agosto era demasiado optimista; no tanto como el de armar una triple gran coalición, pero casi. Albert Rivera y Pedro Sánchez parecen dispuestos a obligar al candidato a morder el polvo; después ya pensarán si modifican su postura pasando de la abstención al "sí" (el primero) y del "no" a la abstención (el segundo).

Eso, suponiendo que Sánchez ceda a la presión que ejercen algunos barones y otros destacados socialistas para que deje gobernar a Rajoy, lo que seguramente garantizaría que C's se aviniera a dar el "sí" y también evitaría, como quiere la práctica totalidad de los dirigentes territoriales del PSOE, que el secretario general devenga otra vez en candidato y, con el pretexto de que Rajoy no lo logró, él vuelva a intentarlo.

Sánchez irá a la reunión de mañana con Rajoy con un rotundo "no" a negociar y una exigencia: que se comprometa a someterse a la investidura a sabiendas de que la va a perder.

El jefe del Ejecutivo en funciones aceptó el jueves el encargo del Rey de intentar formar gobierno, pero no puso fecha a la sesión y ni siquiera garantizó que vaya a someterse al trámite si después de dar un plazo "razonable" a las negociaciones comprueba que sigue sin contar con los apoyos necesarios para superar la prueba en la segunda votación, cuando sólo precisa tener más votos a favor que en contra.

Es por la consistencia del "no" socialista por lo que en el PP ya han empezado a pensar que su candidato deberá subirse a la tribuna de oradores del Congreso a exponer su programa sabiendo que la Cámara no le va a otorgar su confianza. Y si eso ocurre en agosto, habrá que pensar en un segundo intento en algún momento de octubre, antes de que transcurra el plazo de dos meses que obligaría a convocar unas terceras elecciones si ningún aspirante ha logrado la investidura.

El PP ya tiene preparada la estrategia para que en ese segundo intento le vaya mejor. Los populares esgrimirán que el bloqueo de Sánchez y Rivera en agosto -se señala la fecha del viernes 26 para la segunda votación- impidió formar gobierno con tiempo suficiente para presentar en el Congreso el proyecto de ley de Presupuestos de 2017.

El PP presionará al PSOE y a C's con las consecuencias económicas de su decisión, e intentará crear un estado de opinión que favorezca un cambio en sus posturas, argumentando que su actitud de bloqueo frustró los planes del Ejecutivo de aprobar el techo de gasto de las administraciones y el resto de las cifras de las que depende el plan para cumplir el objetivo de déficit. Además, como en octubre ya se habrán celebrado los comicios vascos, fijados para el 25 de septiembre, y puede que también los gallegos -el plazo para que éstos puedan ser en la misma fecha acaba hoy- Rajoy tendría el panorama más despejado y podría negociar con un PNV que, hoy por hoy, sólo piensa en clave vasca.

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