La parálisis política en la que España se encuentra desde las elecciones de junio, una prolongación del tiempo muerto que fue la legislatura fallida que siguió a los comicios de diciembre, entró ayer en fase de desbloqueo al fijar la presidenta del Congreso, Ana Pastor, el 30 de agosto como fecha para la celebración del debate de investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.

Para llegar al desbloqueo fueron necesarios veintiún días desde que el candidato del PP aceptó el encargo del Rey para convertirse otra vez en jefe del Ejecutivo. En ese plazo, Rajoy se resistió a dar el paso sin tener todas las garantías de éxito. Incluso tras la reunión, el miércoles pasado, del Comité Ejecutivo de su partido, el líder del PP mostró escasa disposición a someterse a los votos de los diputados. Tras el encuentro ayer con Albert Rivera, Rajoy cambió de actitud y se avino a aceptar las seis condiciones de Ciudadanos para su voto favorable y se puso a disposición de la presidenta del Congreso para acudir al debate en la fecha que ella fijara. Pese a que nada cambió y el candidato popular carece todavía de los apoyos para salir investido, Rajoy justificó ayer su cambio de posición en que el acuerdo con Rivera es " un paso que yo calificaría de decisivo para formar gobierno y para que no se repitan las elecciones". En los doce días que restan hasta el debate, el candidato del PP tendrá que ampliar el acuerdo con Ciudadanos, que ahora está sólo en las cuestiones preliminares, e insiste en atraerse el apoyo indispensable del PSOE. Los socialistas se mantienen en un rechazo que amenaza con bloquear la investidura. Si así termina por ocurrir, Rajoy invita a Pedro Sánchez a plantear "la alternativa que considere".

El 30 de agosto comenzará a correr el plazo de dos meses hacia la convocatoria de unas terceras elecciones. Si Rajoy no consiguiera su propósito y en ese período no fructificase alguna alternativa los nuevos comicios se celebrarían el 25 de diciembre, día de Navidad. Llegar a ese extremo sería, para el líder del PP, "un fracaso sin paliativos de las negociaciones políticas".

Albert Rivera considera que volver a las urnas es una hipótesis lejana. "Si alguien hace cábalas con unas terceras elecciones, que se lo quite de la cabeza, pues lo que hemos hecho ha sido lo contrario, que es desbloquear la situación. Va a haber gobierno", aseguró ayer tras reunirse en el Congreso con Rajoy. PP y Ciudadanos suscribirán hoy el denominado pacto contra la corrupción, que recoge sin modificaciones las seis condiciones previas a la negociación del voto favorable de la formación naranja al candidato popular, entre ellas la limitación de mandatos presidenciales y la reforma electoral. "Todavía queda mucho camino por recorrer, pero al menos se abre un camino", resumía ayer Rivera.