Albert Rivera "no se fía" de Mariano Rajoy aunque haya suscrito un acuerdo con él. Por eso ayer trataba de vencer el rechazo socialista al candidato del PP, invitando a que dejen gobernar a los populares y se unan a ellos en la oposición, para controlar a un Gobierno que es "entre lo malo, lo menos malo".

El líder de Ciudadanos defendió y detalló en la tribuna del Congreso el pacto firmado con los populares, que, tras la derrota de Rajoy en la primera votación, empieza a tener escasa virtualidad. Así lo reconoció incluso el propio candidato al señalar que "francamente, no creo que el señor Rivera y yo pasemos a la historia por el acuerdo firmado el otro día". La actitud de Rajoy con sus socios fue ayer muy distinta del primer día de debate y, al término de la sesión, el aspirante a la Presidencia se fue directo a saludar a los representantes de la formación naranja.

Durante su intervención, Rivera insistió varias veces en que no confía en el PP, sobre todo en materia de corrupción, como prueba. según él, el acuerdo suscrito.

Tras una votación sin sorpresas, preludio de la que el viernes arrojará también una mayoría de votos en contra del candidato del PP, Rivera advierte que el PSOE no ha dejado ninguna puerta abierta para abstenerse. Confía, sin embargo, en que haya una "salida" al bloqueo institucional tras las elecciones vascas y gallegas del 25 de septiembre.

El líder de Ciudadanos interpreta que el portavoz del PNV, Aitor Esteban, sí dejó entrever resquicios para una posible negociación con el PP después de los comicios vascos.

Con Rajoy en la Moncloa, PSOE y Ciudadanos pueden legislar juntos, sugería ayer Rivera, quien reconoce que Rajoy hizo pocos esfuerzos para atraerse a los socialistas. No descarta que Pedro Sánchez guarde alguna sorpresa para la segunda votación, pero duda que se preste a un cuerdo con Podemos porque necesitaría a los independentistas. Rivera considera inviable esa posibilidad tras el discurso de ERC, cuyo portavoz, Joan Tardá, dejó muy claro que el apoyo a los socialistas está condicionado a la celebración de un referéndum sobre la independencia de Cataluña.

Pese a no querer situarse en el escenario de una terceras elecciones, Ciudadanos considera que podrían celebrarse el 18 de diciembre en lugar del día de Navidad, la fecha en que tocaría. Bastaría para ello con que el Gobierno en funciones lleve al Congreso la reforma de la ley electoral y que todos los grupos estén de acuerdo en reformarla para acortar los plazos legales.