Diálogo, pero no negociación, y sin ofrecerse a liderar una opción de gobierno alternativa. Este es el programa que ayer presentó el líder del PSOE, Pedro Sánchez, para desbloquear la situación política tras la fallida investidura de Mariano Rajoy. En los próximos días y semanas, Sánchez tiene el aval de la ejecutiva de su partido para hablar "con todas las fuerzas", incluido el PP y excluido Bildu.

"Voy a hablar con todas las fuerzas, pero no me estoy postulando para liderar una alternativa, que quede claro", aclaró el socialista, que busca entablar un diálogo "abierto y sincero", en busca de una solución para evitar las terceras elecciones en un año.

Sánchez no descartó que pueda volver a intentar la investidura, pero dejó claro que, por ahora, no va a liderar "una alternativa que no cuente con los votos necesarios para salir adelante", como le ocurrió en marzo. "El PSOE no va a crear falsas expectativas, ni va a liderar ningún proyecto que esté abocado al fracaso".

Las conversaciones que propone deben ser "sin vetos y sin líneas rojas". Eso sí, Rajoy no puede seguir siendo presidente del Gobierno. Y eso tanto ahora como después de las elecciones vascas y gallegas del próximo día 25. "Rajoy no tiene que engañarse. No le vamos a hacer presidente, eso que lo tenga claro. A partir de ahí, podemos hablar de todas las cuestiones", comentó.

Y a los líderes de Podemos, Pablo Iglesias, y de Ciudadanos, Albert Rivera, les pidió que "levanten los vetos" mutuos. Y es que "si el PP sigue enrocado en sus posiciones de culpar al PSOE de su fracaso y el bloqueo, las otras tres fuerzas políticas que estamos llamados a gobernar este país tendremos que hablar, dialogar y saber exactamente qué solución le podemos ofrecer".

En clave interna, y ante la pretensión de algunos barones, como el extremeño Guillermo Fernández Vara o el castellano-manchego Emiliano García-Page, de abrir un debate en el seno del partido sobre cómo desbloquear la situación, Sánchez dijo que reunirá al comité federal una vez que haya "una alternativa al bloqueo". Y sin dar fechas, aseguró que la celebración del cónclave no dependerá de los comicios vascos y gallegos.

El PSOE andaluz, de su lado, respondió a Sánchez que un pacto con Podemos y C's es "inviable". A lo que su máxima dirigente, Susana Díaz, en silencio durante las últimas semanas, añadió que a los socialistas les toca ahora "reflexionar y debatir".

La oferta de Sánchez no tuvo buena acogida ni en Ciudadanos ni en Podemos. El vicesecretario general de C's, José Manuel Villegas, tampoco ve "viable" el acuerdo tripartito y acusó a Sánchez de tener "secuestrada" a España por las luchas internas en el PSOE.

"Sánchez dice que no quiere liderar la alternativa y que va a hablar con todos, incluido el PP. ¿Éste es el camino del cambio? No entiendo nada", censuró el líder de Podemos, Pablo Iglesias.